Un retrato es, en su definición más básica, la pintura, imagen o representación de una persona. Y, especialmente, a través de una expresión plástica. El retrato es, también, un género pictórico que se inicia con la propia pintura. Y con la pintura se desarrolla a la vez que la subjetividad del artista, al mismo tiempo que las características sociales van incidiendo en las aplicaciones estéticas. Por un lado, se busca, a través de la habilidad del artista, el más exacto parecido con el modelo, pero, por otra parte, los retratos son cada vez más deudores de una imparable ideologización del arte. Sin hablar de la subjetividad que hace que unos vean desfachatez cuando otros quieren mostrar autoridad, maldad donde alguno quisiera ver orden. El retrato ya nace desde la leyenda como creador y sustento de las utopías y de los conceptos. Desde la mezcla de varias modelos para que el pintor Zeuxis pintara un solo retrato de la diosa Juno con los fragmentos más bellos de cada una de esas cinco bellezas reales: crear un retrato perfecto con fragmentos de personas diferentes, crear el retrato de alguien inexistente. Algo que hoy hacen diversos fotógrafos, igual que el pintor ha hecho históricamente, retoca, tapa y oculta cualquier imperfección de los rostros o cuerpos, ayer con pintura, hoy con el retoque del negativo, con Photoshop o cualquier otro programa informático. La historia de la pintura está llena de vírgenes cuyos rostros fueron de mujeres de la calle, santos que eran vagabundos que por unas pocas monedas fueron modelos de Botticelli, de Rafael… las ideas, al igual que los dioses no tienen ni cuerpo ni rostro, todos sus retratos son simplemente retratos de individuos, abstracciones, constructos anónimos. El retrato desde su origen tiene una relación ambigua con la realidad, contradictoria cuando para mostrar la verdad se basa en una mentira.
Retrato y fotografía se han unificado en el vocabulario cotidiano
Con la llegada de la fotografía todo iba a quedar en su sitio, pues la fotografía retrata lo que hay delante de la cámara, algo real. La máquina, los procesos químicos, no dejan lugar para las pasiones, son objetivos como objetos, igual que nosotros los humanos somos subjetivos, como sujetos que somos. Pero otra vez la realidad no se ha dejado atrapar, tal vez simplemente esa realidad categórica nunca haya existido. Con la llegada de la fotografía y con su cada vez más rápida y múltiple expansión, el retrato se ha convertido en el “súper género”, en el más destacado de todos los géneros utilizado por la fotografía como lenguaje plástico.…
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