Abandono
En mi serie Abandon elegí aproximarme de una forma moderna a un tema clásico, adaptando el medio fotográfico para que se adecuara a mi visión. Traté cada fotografía como si fuera una obra maestra del Renacimiento: mi uso de la composición, la luz y el simbolismo es muy intencionado. Me centré primero en las naturalezas muertas, todas situadas en la misma localización en Santa Bárbara. Construí un precario escenario con cada uno de los elementos deliberadamente seleccionado, colocado y escondido. Moví Ias briznas de hierba, e incluso coloqué gotitas de leche para crear una imagen que es a la vez evocadora y pictórica.
Traté las piezas que siguieron como si fueran también naturalezas muertas. Cada una de ellas vino a tratar sobre el descubrimiento de objetos escondidos y los significados interrelacionados de sexualidad, vulnerabilidad e indiferencia –todos con un destello de humor negro. Momentos irrevocables en el tiempo, la luz y el aliento.
Tomadas con una cámara de gran formato, la larga exposición permitió una combinación que jugaba con el detalle y la suavidad de los elementos en la fotografía. En los desnudos, cada persona se convierte en un personaje que reacciona al bodegón construido a su alrededor e inspirado en ellos. Intencionadamente usé personas con cuerpos rubensianos que no eran modelos y el desnudo frontal. Si las juzgamos siguiendo el lenguaje visual actual, estamos menos inclinados a entender y a que nos atraigan estas cosas. Estas fotografías piden al espectador que se enfrente a ellas y las explore como si fueran bellas pinturas. A primera vista, estas imágenes parecen pinturas en las que el espectador puede encontrar seguridad. Nada se ha dejado al azar. Todo es deliberado. Mi deseo es engañar al espectador para que crea que ha echado un vistazo a un momento humano visceral, no dejándoles que sepan que todo es un escenario o un elemento de atrezo estratégicamente colocado.
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