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“La estetización es un reproche que se me ha hecho desde hace mucho”. Conversación con Georges Didi-Huberman

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Georges Didi-Huberman. Fotograma del relato fotográfico de Écorces documentado en 2016 por de Mario Côté

Se podría afirmar que es uno de los intelectuales más activos de la actualidad: continúa con su popular seminario en el Institut national d´histoire de l´art de París, con las publicaciones regulares en Les Éditions de Minuit, y de vez en cuando se acerca a la obra de artistas actuales para organizar exposiciones como comisario. El filósofo e historiador del arte francés Georges Didi-Huberman ha estado recientemente en España, para clausurar la programación que festeja el 20º aniversario del CENDEAC de Murcia. Nos habla de su método de trabajo, de las recientes polémicas con el historiador italiano Enzo Traverso y de la exposición en la que está trabajando y que abrirá próximamente en el Museo Reina Sofía de Madrid.

Beatriz Sánchez Santidrián. Ha venido de nuevo a España con ocasión del 20º aniversario del CENDEAC de Murcia. El pasado 29 de junio daba una conferencia sobre la emoción a través de la figura del hilo. Es, precisamente, el hilo conductor que ha escogido para recorrer las obras del escritor Jean Genet, las piezas minimalistas de Fred Sandback y las palabras de la artista y crítica de arte Andrea Fraser. ¿Qué le interesa exactamente de la idea de “hilo”?

Georges Didi-Huberman. Una de las primeras obras sobre las que trabajé, aparte del Perro de Goya, es La hilandera de Vermeer, que sostiene hilos en su mano: hilos blancos muy bien representados, hechos con el pincel más fino posible, de un solo pelo. Tiene también un cojín, con muchas bobinas, de donde salen más hilos, blancos y rojos, representados de manera increíblemente distinta: el blanco, como si fuera leche derramándose, el rojo como sangre. En el mismo minúsculo cuadro, del siglo XVII, hay dos maneras de representar la cosa más simple del mundo, para la que en principio es suficiente con trazar una línea, pero que aquí ha llevado a una explosión de la representación. Respecto a Sandback, usted ha dicho que era minimalista, aunque él lo negaba: “yo no soy minimalista en el sentido de purificar la escultura, de reducirla a una línea”, decía, “yo tiendo un hilo”; es mucho más dramático. La explosión de la representación que vemos en Vermeer es silenciosamente aplicada por Sandback; busca algo no tan simple como la idea del minimalismo. Según Sandback, se trata de una “disposición emocional”. ¿Qué emoción es esa? Debía de sufrir mucho, recordemos que se suicidó muy joven. Así que esta es mi pregunta: cómo la emoción toma formas que, siendo más discretas, sobrepasan toda representación.

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