No es por cierto la tarea más enfadosa ni difícil el buscar un cursi por esas calles de Dios, pues que de ellos está plagado mi pueblo, a pesar de su hermoso clima, como dicen que dicen los extranjeros, cuando hablan de Cádiz. ¿Y qué tiene que ver el clima con los cursis? Nada, pero vamos al caso.
Como cada uno pienso que ha de figurarse al cursi de su manera; diré yo como me lo presenta la fantasía, por ver si acierto, lo cual en otro caso me es indiferente.
El cursi mío es delgado más bien que grueso; su ropa, particularmente el frak o levita siempre le está estrecha, sus toquillas y chalecos los usa de colores fuertes, y en todo su equipaje se notan síntomas de raído, así como en su aire algo de lo que llamamos recortado. El destino de mi cursi es el siguiente. Va a un baile, y se pone a media vela con vino malo. Disputa con el mozo acerca de la vuelta, y esto a gritos para que se entere el público. Se encara con la orquesta pidiéndole que toque lo contrario a lo que está dispuesta. No pierde nada de lo que se baile, desde el primer wals hasta la greca inclusive. Toca las palmas, en la contradanza española para llevar el compás en ciertas figuras, y en el rigodón para aplaudir a su compañera. Sale del baile con la careta al revés, vestido de trapos y con una máscara del brazo. Al pedir su capa en el guardarropa, empuja a los demás que esperan, y se hace el gracioso. En el teatro principal es siempre de la comisión de aplausos; y en el del Balón se empeña además en disputar con los municipales, por subir a la cazuela y fumar donde está prohibido. En las funciones religiosas, está en la puerta de modo que impida el paso a las señoras al salir de la iglesia, y les dice bromitas verdes, siempre de mal gusto y fuera del caso. Está en todas partes donde hay bullas, dispuesto a incomodar lo posible. En la feria es un mueble preciso, y allí suele llevar algunas fraternas, de que él se desentiende para evitar que pasen a vías de hecho. En los toros es de la oposición, y lleva palo grueso para hacer más ruido: pide caballos, grita a la cárcel, y luego goza contando sus proezas.…
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