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Momentos de la infancia capturados

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Loretta Lux. Sasha and Ruby 2, 2008. Courtesy of the artist and Yossi Milo Gallery, New York.

El mundo del rocío
El mundo es realmente del rocío y aún así,
y aún así…

Kobayashi Issa (Kashiwabara, Japón, 1763-1828). The Autumn Wind: A Selection from the Poems of Issa, traducido al inglés por Lewis Mackenzie [1957], Kodansha International, Tokio, 1984, pág. 5.

La muerte de un niño inspiró este haiku clásico. Lo escribió el gran poeta de haikus Issa en la década de 1820, cuando la infancia y la fotografía estaban en los primeros estadios de su invención. Mejor dicho, se escribió en el momento en el que la infancia y la fotografía se estaban inventando tal y como las conocemos hoy. En los albores del siglo XIX, el niño se asimilaba a un “mundo del rocío”, y lo mismo sucedía con la fotografía: pura condensación en superficies, amaneceres frescos, verdades inocentes, instantes perdidos, memorias que evocan conmovedoramente la fugacidad del tiempo. Sin embargo, ahora esas definiciones son los mundos del rocío, evaporado por el calor de la aceleración social y técnica. Hoy añoramos un tipo de infancia, y otro de fotografía.

Curiosamente, la fotografía y la infancia tienen historias paralelas. ¿Será una mera coincidencia? Es posible que la fotografía sea el medio que expresa el ideal moderno de la infancia romántica de forma más convincente que ningún otro. Quizá la interacción entre la fotografía y la infancia puso de manifiesto nuestra variante moderna del eterno deseo humano de tener y mantener lo que no puede permanecer.

Es posible que los lectores de esta revista no necesiten una disertación más sobre los orígenes de la fotografía. Baste decir que los conocimientos recientes de este medio han atraído nuestra atención sobre la lenta y vacilante evolución, aunque constante, a lo largo de años de experimentación previos a 1839, y en qué medida las suposiciones que dominaban la fotografía estaban arraigadas en los contextos sociales.

La historia de las imágenes de la infancia que conocemos no es mucho más larga que la de la fotografía

Resultaría más útil recordar a los lectores que la historia de las imágenes de la infancia que conocemos no es mucho más larga que la de la fotografía. Como con cualquier idea fundamental, siempre habrá discusiones sobre sus orígenes y cronología. ¿Acaso nuestras ideas modernas sobre la fotografía tomaron forma en el siglo XVII o en el XVIII? ¿Era la infancia al principio un concepto típico de Occidente, o incluso particular del mundo anglosajón? ¿Fue la revolución demográfica el punto de inflexión que permitió que, por primera vez en la historia, la mayoría de los niños sobrevivieran a la infancia, o fue una construcción cultural?…

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