Retromanía
Hace casi medio siglo, la compañía de discos Philips creo el sello Prospective 21e Siècle, dedicado a la música concreta y electrónica europea. La mayoría de las obras incluidas en este sello estaban compuestas por pioneros franceses como Pierre Henry, Pierre Schaeffer, François Bayle y Bernard Parmegiani. El nombre de la serie derivaba del término “prospectiva”, término acuñado por el filósofo Gaston Berger para el estudio de los futuros posibles. Prospective 21e Siècle estaba a la altura de su promesa futurista y ofrecía una deslumbrante presentación: brillantes estuches metálicos de color plata con patrones geométricos que evocaban el Op Art y la era espacial de los años sesenta de diseñadores como Paco Rabanne, así como ecos art decó.
Lanzado en 1967, Prospective 21e Siècle parecía encapsular el espíritu y la estética del Pabellón Philips de la década anterior: aquella chocante construcción futurista, también conocida como Poème életronique, creada para la Exposición Universal de Bruselas mediante una extraordinaria colaboración interdisciplinar entre Le Corbusier, Edgar Varèse y lannis Xenakis. Prospective 21e Siècle reducía la escala del pabellón a un artefacto que podía encajar en el espacio doméstico como un bien de consumo que podía ser enseñado (la serie de hecho incluía una pareja de composiciones de percusión de vanguardia de Xenakis, un arquitecto convertido en compositor). De acuerdo con el folleto que acompañaba la caja de cuatro discos Electronic Panorama, el sello “rápidamente se posicionó como la más vanguardista y revolucionaria colección de discos: revolucionaria en su presentación… en su exclusivo repertorio (musical)… y en su precio, poniendo esta música al alcance de todos, incluso de los más jóvenes, que estaban especialmente interesados en los nuevos efectos sonoros”.
La palabra “prospectiva” evoca el desafío y la amenaza a la que se enfrentaron los buscadores de oro y plata en tierras inexploradas, y proyecta el próximo siglo -el siguiente milenio, de hecho- como una zona fronteriza inhabitada, el gran desconocido que atraía al espíritu aventurero. Esa noción será evocada en algunas de las metáforas empleadas por los compositores del sello, como en el “Espaces Inhabitables” de François Bayle. Estos LPs, hoy día ávidamente buscados por los coleccionistas y conocidos como “los discos de plata” aparecieron en su mayor parte justo después del viaje a la Luna del verano de 1969 que culminaba la frenética carrera de dos grandes superpotencias (EE UU y la extinta URSS) por la conquista del espacio exterior.…
Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO
Suscríbete
