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El peor viaje del mundo

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Mireya Masó. Searching for the Straight Line, 2006. Courtesy of the artist.

“Mensaje al público: Las causas del desastre no obedecen a una organización fallida, si no a la mala fortuna que hemos tenido cada vez que ha habido que asumir un riesgo.

1. La pérdida de los ponis en marzo de 1911 me obligó a salir más tarde de lo que planeaba y a reducir el equipo que íbamos a transportar.

2. El tiempo, y en concreto la larga tempestad que se desató a 83 grados de latitud sur nos obligó a detenernos en el transcurso del viaje de ida.

3. La nieve blanda del tramo norte del glaciar nos obligó a frenar la marcha otra vez.

Hemos luchado con empeño contra estas adversidades y las hemos superado, pero nuestra reserva de provisiones ha quedado mermada.

Todo lo relacionado con los víveres, la ropa y los depósitos que montamos en el interior de la placa de hielo y durante el largo trayecto de 700 millas hasta el polo ha funcionado a la perfección. La avanzadilla habría regresado al glaciar en buenas condiciones físicas y con comida de sobra si no llega a ser por el sorprendente desmoronamiento de Edgar Evans, el hombre del que menos esperábamos que fuera a ocurrirle algo semejante. A Edgar Evans se le consideraba el hombre más fuerte de la expedición.

Aunque el glaciar Beardmore no es difícil con buen tiempo, durante nuestro regreso no hemos tenido ni un solo día mínimamente bueno. Esto, unido al hecho de que nuestro compañero estaba enfermo, ha contribuido enormemente a que aumente nuestra angustia.

Como ya he indicado en otra parte, nos adentramos en una zona de hielo terriblemente irregular, y Edgar Evans sufrió una contusión en la cabeza. Murió por causas naturales, pero dejó al grupo maltrecho, y la estación estaba ya muy avanzada.

Illustration
Mireya Masó. Huesos de ballena, 2006. Courtesy of the artist.

Pero todas las circunstancias enumeradas anteriormente no fueron nada en comparación con la sorpresa que nos aguardaba en la Barrera. Sostengo que los preparativos que realizamos para el regreso fueron totalmente acertados, y que nadie en el mundo hubiera podido prever en esta época del año las temperaturas y el tipo de superficies que nos hemos encontrado. En la cima, a 85-86 grados de latitud, tuvimos temperaturas de entre -29ºC y -30ºC. En la Barrera, a 82 grados de latitud y a 300º metros menos de altitud tuvimos -35ºC durante el día y -44ªC durante la noche con bastante frecuencia, además de un constante viento durante la jornada.…

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