Edición Impresa + digital
Idioma: Español / Inglés
Fecha: Noviembre 2013
Páginas: 159
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital
ISSN-e: 1577-272-1
En el límite
On the Edge
Es el ojo el que define los límites, el que cada vez profundiza y expande esa posibilidad de espacios por caminar, por dominar. Porque llegar al límite, cruzar esa frontera que pocos alcanzan no es nada si no se puede mostrar, si no se puede fotografiar. Así, la mirada necesita del complemento de la fotografía.
La tierra abrumadora, el hielo abrasador, el agua inabarcable, los peligros de las demarcaciones invisibles, pero también y cada vez más, los límites de lo desconocido. Si ya se conoce este mundo, habrá que crear ojos que vean más lejos, cámaras que puedan llevar nuestra mirada donde nuestros cuerpos no pueden llegar. Hay telescopios que ayudan a ver los límites últimos del universo, mucho más allá de la Luna o de Marte. Posiblemente el mundo se ha quedado pequeño, los viajes, la emigración, la exploración de nuevos recursos, llevan a cualquier lugar a miles de personas, pero el individuo solitario sigue siendo el que llega a esos resquicios imposibles. Aunque el viaje no tiene por qué ser físico. Si la imaginación nos transporta, hoy en día Internet también prolonga la mirada hacia unos límites difíciles de imaginar. Esos límites también se fotografían. Porque los únicos límites de un fotógrafo son los límites de la mirada, con o sin ayuda, pero sólo existen límites allí donde no llega la mirada de un artista.
Es sobre estos límites, estos lugares últimos a los que se puede llegar, y su relación con la fotografía sobre lo que trata este número de EXIT. Una forma de explorar hasta dónde puede llegar la fotografía, y también los fotógrafos, hoy.
Dossieres Archivo
Luisa ZanzaniJem SouthamCéline ClanetZoé T. VizcaínoChrystel Lebas
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Editorial
Los límites de la mirada
Rosa Olivares
Traspasar los límites es algo que el hombre ha procurado desde que tenemos consciencia de nosotros mismos. Ir más allá de la vida y de la muerte, cruzar mares y desiertos, buscar los límites de la tierra. Cuando creíamos que la tierra era un plano en el infinito, con un corte en cada extremo, los aventureros y viajeros buscaron esas líneas finales, esos vórtices abisales, en parte para confirmar la teoría inverosímil pero, sobre todo, por sentir el vértigo de asomarse al vacío infinito.
Los límites los definen nuestros sentidos, nuestro conocimiento de la realidad. Por eso queremos traspasarlos, para ampliar aquello que conocemos, para ampliar el conocimiento del mundo. Pero detrás de esa excusa podremos encontrar otras respuestas. Viajamos hasta el límite para saber si somos capaces de ir más allá. Para conocernos a nosotros mismos. Los conocimientos científicos, la capacidad de resistencia de los elementos, y del propio cuerpo humano, violan continuamente unas fronteras que cada vez son más elásticas, que son superadas con el esfuerzo de muchos y con la capacidad de unos pocos. Pero esos límites que se establecen en laboratorios o campos de deporte no son los que alimentan nuestro espíritu aventurero, nuestra necesidad de poseer el mapa y dominar el territorio.
El espacio a recorrer lo marca la mirada. Es el ojo el que define los límites, el que cada vez profundiza y expande esa posibilidad de espacios por caminar, por dominar con nuestra presencia. Porque llegar al límite, cruzar esa frontera que pocos alcanzan no es nada si no podemos mostrarlo, si no lo podemos fotografiar. Así, la mirada necesita del complemento de la fotografía, de la prolongación de nuestra mirada individual con la mirada plural, colectiva, de todos los que puedan ver las imágenes, como trofeos. No es un souvenir, una postal del fin del mundo, es la comprobación del vértigo de lo que estamos hablando.
Thomas Ruff. Cassini 31, 2009. Courtesy the artist and Helga de Alvear.He conocido fotógrafos que viajan hasta ese punto extremo, al lugar donde no ha llegado ningún otro hombre armado con una cámara.