Conversación con Néstor García Canclini
Hablar del dinero que hay detrás de la producción cultural es entrar en una zona de sombras, no hay datos, ni seguridad, es un terreno resbaladizo al que hay que aproximarse más a través de indicios que de certezas, aunque a veces con la simple lógica se puede llegar a conclusiones bastante certeras. Frente a eso el dinero público cada vez es menos, y la aplicación de estos recursos públicos insuficiente, a veces aleatoria o inestable y en ocasiones incomprensible. Es un fenómeno que sucede en todo el mundo, pero tal vez en América Latina haya sido más transparente a un observador curioso. Andrés Oriard y Rosa Olivares conversan con Néstor García Canclini sobre su experiencia a través de sus años de viajes y acercamiento en distintos países a los procesos culturales. La conclusión es que “hay demasiado que no sabemos”.
UTOPIA. El dinero público y, sobre todo, el dinero privado, ¿cómo, por qué y para qué entran en la financiación del mercado cultural? ¿Cómo ese dinero genera nuevos mercados, nuevos conceptos culturales y nuevas imágenes de significado, y hasta qué punto es perjudicial o no para la sociedad? ¿Es más difícil controlar el dinero público o la financiación privada?
García Canclini. Pese a la opacidad del dinero público en la cultura, sobre todo en su relación con el arte, me parece mucho más sinuoso, oculto y menos justificado el comportamiento del dinero privado. Hay demasiado que no sabemos. A veces está en zonas intermedias, como los financiamientos empresariales a políticos por fuera del aparato político. Esto ha ocurrido en México, en Colombia y también en España, con compradores de obras o financiamiento de proyectos. En México, se ha intervenido con publicidad para hacer posible que exista una revista cultural, que se haga una exposición de cierto artista considerado como el representante oficial, aunque ahora pasa menos. Es más complejo lo que sucede con los aportes de las empresas ilegales. El narcodinero ha sido importante en la formación de museos en América Latina, en países como Colombia, especialmente museos modernos y de arte contemporáneo.
U. Porque es más fácil formar museos o influir en el arte contemporáneo con este tipo de dinero…
GC. Y también hay otra razón que descubrí, si recuerdo bien, en 1981, cuando se realizó en Medellín un coloquio internacional sobre arte no objetual, que fue el primer momento en que esa expresión empezó a circular en América Latina.…
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