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Adela Goldbard. De la serie A World of Laughter, A World of Fears, 2017. Cortesía de la artista.

El acertijo del oxímoron del arte contemporáneo y la crítica de arte (en la era del neo-populismo)

1. The Mexican Shit

La Ciudad de México o la CDMX, como ahora se conoce después de haber sido ‘brandeada’ por el Jefe de Gobierno Gabriel Mancera, es un territorio de privilegio y lugar clave en la producción de arte contemporáneo conectada con los flujos globales de la industria de la cultura. Según la leyenda oficial, el advenimiento del arte contemporáneo a México implicó en los años 90 trascender un esquema y sensibilidad de producción cultural oficial destinado a producir una imagen del país de mal gusto y consumible exclusivamente en el extranjero y por las élites. Casi tres décadas después, la transmigración constante de artistas de todo el mundo que tienen la CDMX como epicentro, atestigua el hecho de que México se ha consolidado como un lugar crucial para la producción y circulación del arte contemporáneo global. Este campo ha expandido sus operaciones para trascender las divisiones entre los espacios alternativos y los institucionales, privados y públicos, mientras que nuevos agentes continúan surgiendo en el contexto de un floreciente mercado del arte, exposiciones y espacios de producción y educación. Esto se logró a través de una combinación de financiamiento del Estado y de corporaciones privadas con políticas específicas para apoyar y exportar la producción cultural. Por ejemplo, la colaboración del Estado con el mercado del arte, al invertir en la feria Zona MACO —no sólo comprando, sino también cubriendo los viáticos de directores, curadores y galeristas de museos internacionales— y habiendo implementado un programa oficial para guiar el desarrollo simbólico y satisfacer la demanda global de mercancías creativas y el apetito por objetos de lujo.1 Blanca González Rosas, “Arte: Zona MACO y los invitados de Conaculta”. Proceso, abril 19, 2012. Disponible en red: http://www.proceso.com.mx/?p=304846.

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Adela Goldbard. La quemada pública (The Public Burning), 2012. Cortesía de la artista.

En retrospectiva, se hace evidente que el arte contemporáneo y la liberalización del mercado llegaron a México de la mano y que el segundo trajo lo que prometía: un enclave urbano modernizado con infraestructura de producción y exhibición de arte de primer mundo. En la CDMX trascendimos la vieja cartografía colonial y ahora somos una capital global a la altura de las antiguas capitales imperiales, inclusive mejores. En este contexto, se ha difundido la idea que “México is the Shit”, a partir de un eslogan que el diseñador Anuar Layón realizó en 2016 para unas chamarras.…

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