El protocolo del pogo
“It’s more than love / It’s less than love / It’s what I give to you” Estos versos recogen un topos literario tradicional. Un romántico lo llamaría “amor inefable”; en estos tiempos, en que el romanticismo es una variable entre la contabilidad y la moda, sería mejor llamarlo “amor inexacto”. El querer se experimenta por exceso o por defecto, y siempre se diferencia de un modelo ideal; esa diferencia –esa historia de matices, imprecisos, excedentes– es el amor. La ambigüedad de esta idea será aún mayor si, en vez de leerla, la escuchamos: la frase, usada como letra de una canción, cambiará de sentido en función de la música que la acompañe. En una canción soul sonará desmayada y suspirante; en un tema garajero, agresiva y resentida; podemos imaginar un bucle sonoro techno en que la repetición de ese estribillo genere una impresión de la experiencia afectiva como una insistencia monocorde y obsesiva, con fases de tedio y episodios de trance.
Pero la letra no pertenece a ninguno de esos géneros: es una canción hardcore. Se titula “All there is” y fue incluida en el primer y único elepé de la banda de Washington Rites of Spring. Cuando apareció ese álbum el hardcore punk sólo admitía dos temas: la política y la juerga. La canción protesta y el hedonismo basura eran los pilares de la actitud contestataria ochentera, que se encarnó en ese género musical, quizá mejor que en ningún otro. En ese contexto la escritura de Guy Picciotto, voceras del grupo y letrista, constituía toda una novedad. De pronto, entre la andanada de guitarras y el bajo obstinado, la voz –ronca, según los cánones del género– hablaba de pasiones perdidas, de la noche en los ojos, de amanecer con un pedazo del pasado en el gaznate. El estilo era tan áspero y veloz como el de otros grupos del sello Dischord, y no pretendía ser virtuoso, pero las palabras clave, que a estas alturas del rock son esputos de vocablo o gramas de idioma sulfurado, habían cambiado. En vez de “odio”, “salvaje” y “cerdo”, ahora se oía hablar, más bien gritar, sobre lo “interior”, lo “profundo” y los excesos y excedentes del amor.
Durante su breve carrera los ROS suscitaron férreas adhesiones y burlas ortodoxas.
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