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Curar el museo para preservar la “discapacidad”

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Paz Errázuriz. Ojos que no ven, 2019. Foto: cortesía de la artista

En 2005 una escultura de 12 pies de alto que representaba a Alison Lapper, artista británica con “discapacidad” que nació sin brazos y sin piernas, fue colocada en Trafalgar Square en Londres. La escultura, que mostraba a la artista desnuda y embarazada, realizada por el artista también británico Marc Quinn y colocada junto a la columna en honor al almirante Nelson, fue observada por millones de personas y trajo consigo críticas muy variadas. Entre las críticas se citaba que la “escultura no encajaba con las estatuas tradicionales que ya adornaban la plaza”, o “que era simplemente horrible”, o que “se necesitaba algo más profundo e histórico para Trafalgar Square”. Janice Turner, columnista de The Times, opinó que “la plaza debería celebrar a quienes han construido la nación. Alison Lapper nunca ha hecho nada, simplemente ha existido, [y] ha tratado de hacer lo mejor con su desafortunado cuerpo”.

Algunos años después de este acontecimiento, Tobin Siebers se preguntaba,

¿La Venus de Milo aún sería considerada uno de los mejores ejemplos de belleza tanto estética como humana si tuviera ambos brazos? Tal vez sea una exageración considerar a la Venus como “discapacitada”, pero René Magritte, por ejemplo, no lo consideró así. Pintó su versión de Venus, Les Menottes de cuivre, en tonos carne, pero salpicado de pigmento rojo sangre, dando la impresión de una amputación reciente y dolorosa.

El planteamiento de Siebers y las críticas realizadas al trabajo de Quinn, representan la contradicción y la complejidad embebidas en un campo que apenas empieza a explorarse críticamente en México, el del arte y la discapacidad. Complejidad que debería ser tomada como la invitación para crear espacios de reflexión y de construcción de propuestas no solo alrededor de este campo sino, del arte en general. Llevados por este reto, en junio 2018, 17, Instituto de Estudios Críticos organizó su XXV coloquio titulado Arte y “discapacidad”: de la norma al nombre. La propuesta del evento surgió como respuesta a interrogantes nacidas del trabajo crítico desde 17 a los discursos que abordan la discapacidad, y a la insatisfacción con propuestas que ofrecen diversas organizaciones en el campo del arte y la discapacidad. Cabe decir, que, a partir de estos antecedentes, se amplió un diálogo ya antes establecido con diferentes artistas en el ámbito de la discapacidad y fuera de ella que nos permitieron plantear preguntas como las siguientes: ¿Por qué se considera a algunos creadores como “artistas con ‘discapacidad’” y a otros sin más como artistas (aunque también produzcan desde la “discapacidad”)?,…

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