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Un día en el museo

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Museo del Romanticismo, Madrid

El museo era un templo al que acudían las musas, un lugar sagrado en el que ellas se reunían. Hay que recordar aquí que las musas eran las diosas de la memoria. Pero el término “museo”, además de ser la morada de las musas, tiene otras diferentes acepciones. Por ejemplo, eran aquellos lugares ocultos que los ricos del origen de la humanidad tenían en sus jardines, a los que no tenía acceso nadie y a los que se retiraban a meditar de vez en cuando. Un museo es, también, el origen de la Biblioteca de Alejandría, tal vez el primer museo que construiría Ptolomeo I (367 a. C. – 283 a. C.), destinado al desarrollo de todas las ciencias y que acabaría convirtiéndose en un lugar mítico, la personalización del conocimiento, de la memoria de la humanidad. Por supuesto, concienzudamente destruida por el hombre. Los ricos de hoy ya no son como los de antes y sus museos no se construyen para ir a meditar sino para demostrar sus riquezas, casi siempre lo único oculto de sus vidas. Los museos tampoco son ya lo que eran. A grandes rasgos un museo conserva, guarda, estudia y muestra una parte concreta de la Historia, una parte concreta de cierto tipo de conocimiento.

Hay museos tan variados como el propio conocimiento humano. Hay museos de ciencias naturales, de arqueología, de artes suntuarias, de artesanía, de cerámica, de textiles, de arte clásico, de pintura, de escultura, del traje, de diseño, de la moda, de cine, y hasta hay un museo de la Coca Cola en Atlanta (que creo que es el más visitado del mundo). En un museo se reúne cualquier cosa que esté debidamente organizada, catalogada y cuantificada, desde el armamento, uniformes, mapas y demás parafernalia militar (en los museos militares o del ejército) hasta esos otros uniformes y parafernalia de combate que son los atuendos deportivos (el Museo del Barcelona Club de Fútbol, parece ser el más visitado de España).

Esa asociación entre museo, conocimiento y memoria me parece algo mágico

Yo he estado en Rio de Janeiro en el Museo de Carmen Miranda, que debo decir que es una pequeña joya de museografía, seguramente también de museología y sin duda de museonomía, que son las tres ramas que estudian la ciencia, la técnica y la economía de los museos. Pero es que a mí siempre me han gustado los museos. Me gustan también las bibliotecas, por cierto.…

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