Todo el mundo opina sobre una película, una canción, un libro o una pintura… Incluso sin haberlo visto o leído. La opinión es libre, y curiosamente al final vale lo mismo la opinión de un experto que la de un aficionado, que la de cualquiera. Leemos a periodistas especializados en política disertar sobre fútbol, a actores y directores de teatro y escritores de novelas criticar sin piedad ni conocimiento a Joseph Beuys. Siempre se ha dicho que cada español es un seleccionador de fútbol y que cada cual opina lo que quiere. Sabemos, o deberíamos de saber, que la opinión está formada por el conocimiento y el análisis, y la percepción de cada cual está modelada por su nivel cultural, su conocimiento y su experiencia personal. Cada persona según su particular bagaje cultural y su interés en el tema, va a tener una idea personal diferente frente a una película de Godard y uno de los capítulos de la Guerra de las Galaxias, va a reaccionar de forma diferente frente a una muestra de Bill Viola o de Hiperrealismo americano. Pero sin duda una cosa es la opinión personal de cada cual y otra muy distinta la opinión profesional de un experto. Este último no se basa en su gusto, sino en su conocimiento, y aunque siempre habrá un punto subjetivo en su opinión el valor de su comentario se aleja a kilómetros de la charla de café entre colegas que acaban de ver una película, leer un libro o salir de una exposición.
Ahora en España se está crucificando a Javier Marías por ser un prepotente y un narcisista en su columna en un diario, y lo está haciendo gente que no ha leído ninguno de sus libros. La opinión de estas personas se basa en juicios personales, en gustos y manías, pero su descalificación como “mediocre”, “escritor que copia” y otras similares, no se basa en nada más allá del gusto o disgusto personal de cada cual. Un especialista por lo menos se lo habrá leído todo o mucho de lo que Marías ha escrito.
Cada vez ese público más masivo se está convirtiendo en un ente con peor gusto, con unos niveles más bajos y, por consecuencia, generando grupos elitistas
En cualquier opinión debe de haber, al menos, un poquito de respeto por alguien que es capaz de hacer algo que el que critica, por lo general, es incapaz de hacer.…
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