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Art Fair

Vivimos tiempos de abundancia virtual. Tenemos más amigos que nunca, en Facebook. A algunos ni siquiera les conocemos, pero eso no importa, seguro que de conocerlos seriamos mucho más amigos. Sabemos lo que opina cualquier experto desde el último confín del mundo sobre cosas de las que nunca hemos oído hablar. Las encuestas, las opiniones de expertos (por cierto, de miles de expertos) nos iluminan sobre las decisiones políticas, económicas, culturales… Realmente ya casi no tenemos ni que pensar, con encender el celular y ver lo que opina el mundo a nuestro alrededor solo tendremos que elegir una opción, la que nos guste más, la que tenga los gifs más simpáticos y oportunos. En un mundo donde cada vez hay más miseria y más ricos, vivimos sumidos en un jarabe denso que nos ahoga diciendo que “vamos sobraos”. Y en arte la abundancia es tal que hasta nos sobra el póster de El Guernica que tuvieron nuestros padres colgado en sus habitaciones de estudiantes.

Móntate una feria. Puedes hacerlo hasta en el salón de tu casa, no irá mucha gente y tal vez no se venda nada, pero vas a quedar como un rey

Si te gustan los macro conciertos podrías pasarte el año saltando de uno a otro sin apenas descanso. Pero si te gustan las ferias será imposible que puedas asistir ni a la cuarta parte de ellas. Los últimos datos nos dicen que, al menos, hay dos ferias en cualquier parte del mundo. Supongo que eso es sin contar con España, donde hay más ferias de arte que cualquier otra actividad. ¿No sabes qué hacer este invierno? Móntate una feria. Puedes hacerlo hasta en el salón de tu casa, no irá mucha gente y tal vez no se venda nada, pero vas a quedar como un rey (o como una reina). En España hay ferias en Madrid, Barcelona, Santander, Cáceres, Castellón, y las ha habido en Sevilla, Valencia… y seguro que en más sitios. Se hacen en espacios públicos y privados, en hoteles y al aire libre; con horarios imposibles y con horarios increíbles. Público siempre hay, como en los mercados medievales (que también proliferan), aunque sólo sea por curiosidad, pero ventas… eso ya es otra cosa. Porque en un mercado medieval aunque sea un queso te compras, pero en una feria… Es una prueba de esa superabundancia ridícula en la que vivimos. En España las galerías agonizan, no se vende nada, los artistas ya no saben cómo sobrevivir (posiblemente como siempre: de cualquier otra cosa), pero ferias tenemos de todos los gustos, de foto, de vídeo, de dibujo, para jóvenes y para adultos, para todos los públicos.…

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