anterior

Vivir de becas

siguiente
© 2023 Freepik

Instalarse en la beca y el concurso como modo de vida es un riesgo que corremos todos los que trabajamos en el mundo del arte, en especial los artistas, sobre todo cuando se encuentran en la fase en la que se les considera “emergentes”, pero también comisarios de exposiciones e incluso quienes se dedican a la crítica y necesitan apoyo económico para los periodos de investigación o residencias, pues pasamos gran parte de nuestro tiempo ideando proyectos cuya financiación a menudo solo es viable si disponemos de una beca. Sin embargo esas becas en España, donde no contamos con una Ley de Mecenazgo como otros países, provienen de instituciones y empresas que ofrecen el dinero por algo a cambio, quizás no de una manera clara en principio, exigen unos márgenes de beneficio, bien sea adquiriendo obra muchas veces a precio casi de coste ya que se ha facilitado el dinero para la estancia y materiales del artista ejecutor de la misma, o bien marcando unos estándares del perfil del perfecto becario que van variando según la época y en la actualidad vienen a ser el corresponderse con nacionalidad española, tener menos de 35 años y cuantos más estudios superiores, mejor.

Se entiende, hasta cierto punto, que el espontáneo “mecenas” trace sus parámetros, marque su baremo, pero quienes entran al ruedo están atrapados en un sistema que permite vivir de él una buena temporada si, con suerte, juegan bien sus cartas, o que te expulsa al no-lugar de los que superan el límite de edad sin haber pasado por ganador de este o aquel certamen, provocando una terrible sensación de fracaso. No es una obligación ni presentarse ni organizarlos, los concursos, las becas, deberían ser tan solo una opción más. ¿Por qué tienen tanto peso hoy en día? ¿Se puede forjar una exitosa carrera de artista sin certámenes de por medio? ¿Es contraproducente presentarse a algunos de ellos?

Se entiende, hasta cierto punto, que el espontáneo “mecenas” trace sus parámetros, marque su baremo, pero quienes entran al ruedo están atrapados en un sistema que permite vivir de él una buena temporada si, con suerte, juegan bien sus cartas

Acumulamos másters y mientras lo hacíamos no éramos conscientes de que las becas se habían convertido en un modo de vivir para muchos, lo cual ha hecho que se vayan restringiendo y ahora mismo el sentido de algunas de esas becas, y de los concursos en cuyas dinámicas nos vemos absortos, se pone en duda.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete