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“The Brutalist” y la estética de la perdurabilidad

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Escena de The Brutalist, 2024, Universal Pictures

Existe una melancolía, casi tristeza, que posee cierta belleza. La que no es el sentimiento de desangelo y desesperanza que paraliza y duele, si no el que humedece los ojos mientras paseas por una calle que no te parecía tan bonita hasta ese momento. No solo será la luz, la canción que llevas en los auriculares, ni —por supuesto que no— la calle que habías caminado cientos de veces antes. Será el ansia por sentir que tu vida merece la pena.

El dolor, tan inherente al ser humano como el nacimiento y la muerte, construye y destruye. Nos impulsa a ser mejores y peores, actuando en busca de un atisbo de felicidad en actos a menudo erráticos o contraproducentes. Este mismo dolor nos sumerge en la miseria, mientras vemos a nuestro alrededor a personas que, creemos, carecen de nuestras desdichas. Muchos, entonces, viven un destello de autoestima (¿vergüenza de sentir que tu vida es peor que la de otros?). Aparece una ambición de demostrar al mundo ser Alguien. Así, con mayúscula. Una necesidad de demostrar algo, a todos, a uno mismo o a una persona que ahora se ha vuelto parte de ese todos. De rogar no ser olvidado después de la caída. Crear para trascender es, también, una forma de dirigirse a otros: un observador que está al otro lado de la historia, alguien que, aun cuando no lo sepa, impulsó el movimiento.

Fachada brutalista de Torres Blancas, Madrid. Cortesía de Telmo Cañedo-Argüelles

En los últimos meses, el título The Brutalist resuena en charlas y textos de cine, incluso sin haberse estrenado en gran parte del mundo. Se habla de la pieza como una forma de arte transformadora, donde cada elemento visual y narrativo es un vehículo para la reflexión. Tras recibir el León de Plata en el Festival de Venecia, este drama histórico ha sido recientemente reconocido como Mejor Película por el Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, consolidando su lugar en la temporada de premios. Con una dirección meticulosa y actuaciones destacadas de Adrien Brody y Felicity Jones, y a través de la historia de un arquitecto refugiado, la película explora cómo las tensiones de lo personal y lo político encuentran expresión en la arquitectura y el diseño. Una película con un enfoque visual audaz y un relato cargado de emoción, que no solo narra, sino que interpela al espectador sobre la dualidad fragilidad-fuerza de la identidad.…

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