anterior

Reflexiones sobre 2001: tecnología y sociedad contemporánea

siguiente
Fotograma de la película 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick.

Uno de los aspectos que más destaca en la obra de Stanley Kubrick es su profundo conocimiento de la naturaleza humana, los elementos que la condicionan y su reflejo en las relaciones sociales, políticas y culturales que construimos. Desde su primera etapa como fotógrafo documental y, sobre todo, a lo largo de su carrera como director de cine, su exploración desde múltiples puntos de vista ha sido el tema central sobre el que construyó obras que aúnan la excelencia artística con una confrontación brutal y, en ocasiones, incómoda de la realidad que compartimos los espectadores y que tratamos constantemente de ignorar. El arte tiene la ventaja de ofrecernos un entorno ficticio desde donde reflexionar sobre una red de seguridad, y nos facilita aplicar lo aprendido en nuestra vuelta a la cotidianidad. Cumplidos cincuenta años del estreno de 2001: Una odisea en el espacio es un buen momento para aproximarse de nuevo a ella y constatar la enorme vigencia con la que sigue contando en la actualidad.

De los distintos temas que se tratan en la película quiero centrarme en el que pienso que es el más determinante para entender la propuesta de Kubrick y que guarda una fuerte conexión con la manera en que participamos de las relaciones sociales desde el reciente incremento en la implementación tecnológica en casi cualquier aspecto de nuestra vida y los nuevos modelos de organización que han surgido a partir de ella. El momento álgido de la película corresponde al enfrentamiento entre el ordenador HAL 9000 y el capitán de la tripulación David Bowman. Al percatarse de la imperfección de la inteligencia humana, HAL se enfrenta al dilema de tener que mantener con vida a los tripulantes ante la posibilidad de que un error humano ponga en peligro el éxito de la misión para la que ha sido programado y que sólo él conoce, mientras conduce la nave a Júpiter. Este dilema provoca una serie de fallos en el propio HAL que alertan a los dos tripulantes despiertos y desencadena una lucha entre el hombre y la máquina en la que, HAL, para proteger la misión, procede a acabar con los humanos a bordo mientras que David intenta salvar, sin éxito, las vidas de sus compañeros. A punto de perder la suya propia, toma la decisión de desactivar a HAL quedando al mando de la nave y como único superviviente.

El arte tiene la ventaja de ofrecernos un entorno ficticio desde donde reflexionar sobre una red de seguridad, y nos facilita aplicar lo aprendido en nuestra vuelta a la cotidianidad

La película discurre a través de la evolución y futuro de la especie humana, un viaje en el cual el uso de la tecnología con fines violentos es el motor de supervivencia.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete