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Inteligencia no-humana y estupidez artificial

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Ilustración científica de pulpo

De la carne a los datos: inteligencia no-humana y estupidez artificial

Territorios pensantes, paisajes tentaculares1Este artículo supone una versión resumida y adaptada de la investigación presentada a «Foodscapes», el proyecto del pabellón español, presentado por los comisarios Eduardo Castillo–Vinuesa y Manuel Ocaña, con motivo de la Bienal de Arquitectura de Venecia XVIII (2023). «Foodscapes» consistió en un proyecto plural e interdisciplinar que convocó a un amplio número de investigadoras del panorama cultural español resultando en un conjunto audiovisual de cinco películas, un archivo a modo de recetario especulativo y un programa público de eventos e investigación colectiva.

Vista desde el aire, la costa noroeste de España está repleta de entradas, salidas, estuarios y desembocaduras por donde centenares de ríos se encuentran con el mar, como tentáculos o brazos mojados que enlazan los dominios del agua y la tierra. Ambas masas componen un paisaje complejo esculpido en piedra, sumergido y batido por vientos huracanados y fuertes tormentas. La relación tan intrincada y sinuosa entre estos dos mundos, tierra y océano, da lugar a una geografía propia con una inmensa diversidad de formas de vida, así como de culturas, historias y mitologías, no solamente humanas.

El territorio es en sí mismo un gran organismo, un cuerpo más-que-humano que cambia, digiere, respira y piensa. Sí, piensa: con una extraña red neural hecha de minerales y sal, de vegetación, de musgos y de líquenes. Es más, podríamos aventurar que este paisaje no sólo piensa, sino que es, también, inteligente, entendiendo por «inteligencia» la capacidad de abstracción, la autopercepción o la habilidad de percibir o inferir información y de retenerla como conocimiento aplicado. No en vano, el término de «inteligencia», una cualidad de la que los seres humanos se han apropiado chauvinistamente desde hace siglos en Occidente, se halla en el centro de numerosas crisis contemporáneas, por excluir las distintas formas, manifestaciones o gradaciones de existencia inteligente que habitan nuestro planeta gravemente herido.

Inteligencia no-humana

Cuando nos enfrentamos a la creencia de que únicamente nuestro modo de razonar debe dar forma al modelo de inteligencia desde el que evaluar posteriormente a cada organismo o súper-organismo otro-que-humano, en su desventaja, surgen preguntas. Pues, ¿cuáles son las condiciones materiales necesarias para que la inteligencia emerja? ¿Tiene sentido siquiera considerar la inteligencia como una propiedad emergente? ¿Quién debería tener la última palabra sobre quién o qué es inteligente? ¿Y quién tiene la heurística para disputar si lo es o no?…

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