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Give Me More Triggers: el giro terapéutico en la industria cultural

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Capturas de pantalla de diferentes tipos de Oddly Satisfying Slime Videos.

Este micro ensayo surge como reacción al aumento de prácticas artísticas contemporáneas centradas en la tactilidad y los autocuidados. Mi propósito será contextualizar este fenómeno con la aparición del giro terapéutico como parte del régimen neoliberal que individualiza los problemas sociales y estructurales.

Muchas de las tendencias artísticas actuales se inspiran en fenómenos online como Oddly Satisfying Videos, ASMR o Slow Tv, que ofrecen una nueva estética sensorial centrada en tingles o triggers (cosquilleos) como parte de la demanda de satisfacción inmediata y la urgencia por experiencias sensoriales y táctiles en el capitalismo de plataformas. Estas tendencias se caracterizan por la intención colectiva de lidiar con malestares asociados al capitalismo tardío, como la ansiedad, el insomnio o la depresión.

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Nuestro presente se caracteriza por un entorno digital minuciosamente diseñado para ser extremadamente adictivo. Para el teórico Geert Lovink, autor del libro Tristes por diseño, la dopamina es la metáfora que mejor definiría nuestro presente1Geert Lovink, Sad by Design. On Platform Nihilism, Pluto Press, Londres, 2019, p. 35.. La dopamina podría definirse como el neurotransmisor que regula nuestro estado de ánimo o la afectividad, la cual “juega un papel importante en la configuración de cómo las personas responden a las recompensas y el placer”.2Adam Alter, Irresistible, Quien nos ha convertido en yonkies tecnológicos? Barcelona, Paidos, 2018. Las plataformas digitales que dominan nuestra cotidianidad están diseñadas para producir adicción a través de estrategias que estimulan nuestra sensación de gratificación. Adam Alter, autor de Irrestible, Quien nos ha convertido en yonkies tecnológicos?, define esta adicción como una adicción conductual que conlleva la promesa de recompensa inmediata y refuerzo positivo, y sería el resultado de numerosos estudios específicos llevados a cabo por las compañías que diseñan estos productos. Sin embargo, para Lovink, esta realidad de satisfacción inmediata nos atrapa en una burbuja informacional de interpasividad, descontento, nihilismo y tristeza.

Las plataformas digitales que dominan nuestra cotidianidad están diseñadas para producir adicción

Y es que La Sociedad del Espectáculo de Guy Debord ha quedado reemplazada por la sociedad de la “economía de la atención”3Tizziana Terranova, ‘Attention, Economy and the Brain’, en Culture Machine, Vol 13, 2012., donde competimos por ser leídas, compartidas y retwitteadas. La economía de la atención forma parte del sistema económico acelerado en el que participamos, acuñado como Turbo-Capitalismo por el economista Edward Luttwak4Edward Luttwak, Turbo Capitalism.

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