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La nada en el expresionismo abstracto: de Oriente a Occidente

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Mark Tobey, Sharp Field, 1960. Foto: Tom Barratt. Pace Gallery © 2018 Mark Tobey/Seattle Art Museum, Artists Rights Society (ARS), New York.

Uno de los temas más interesantes con respecto a la representación, o la ausencia de la misma, en el expresionismo abstracto es la manera de plasmar la ausencia del yo, es decir, la nada. La nada como concepto oriental dista mucho de la concepción que se tiene de la ausencia en el mundo occidental. La diferencia principal se basa en la actitud vital y filosófica que adoptan las dos culturas. La idea del no-yo en la tradición oriental siempre ha sido polivalente. En primer lugar, tenemos la concepción del no-yo como sujeto de elección de la moral. El no-yo puede funcionar como principio liberador del yo ordinario, al tratarse de un punto básico en la meditación y el ascetismo sin que ello lleve consigo consecuencias inmediatas en la moral cotidiana. Por el contrario, la idea del no-yo puede entenderse como recordatorio contra el egoísmo en las relaciones sociales.

Esta idea se convierte en clave a la hora de afrontar la superación del nihilismo mediante el propio nihilismo, cuestión que Nishitani había tratado en sus primeros ensayos, pero que trató especialmente en La Religión y la Nada. El filósofo, concluye que la finitud llega a ser final, y el mundo tendría que ser abarcado tal y como es, como un eterno retorno o el fundamento trascendental de la nada.

Un artista que se relaciona de forma casi intrínseca con la concepción de la nada oriental es Mark Tobey mediante su pintura expresionista. El propio Tobey plantea en un texto la consciencia que iban tomando los americanos con la estética japonesa.

Los pintores japoneses adoptaron el término “abstracto” en sus textos, teniendo en cuenta los principios del zen: sencillez, claridad y profundidad

Principalmente comparará al arte occidental y oriental como si el primero centrara su interés por la masa y el segundo, por la línea. Los pintores japoneses adoptaron el término “abstracto” en sus textos, teniendo en cuenta los principios del zen: sencillez, claridad y profundidad. Pero para el zen esos principios no debían quedarse sólo en aplicaciones artísticas sino que debían aplicarse a la vida ya que eran expresiones del espíritu. El Japón antiguo descubrió que el contenido de una copa vacía era más atractivo que el de una copa llena, y lo hizo gracias a la práctica del taoísmo. Esto lo explica Mark Tobey mediante el ejemplo del círculo: “el círculo vacío liberado por la imaginación te permite alcanzar un estado mental que te descarga de la necesidad de tener en cuenta las ideas de los demás”.…

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