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Estallidos y la serpiente de la historia que devora a su pueblo

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Fundación Francis Naranjo en el Museo Castillo de Mata, Gran Canaria, España

Sobre Ley reservada de Dagmara Wyskiel.

En la actualidad, el acercamiento a la historia debe ser un gesto elaborado desde una perspectiva poliédrica. Es decir, a partir de un posicionamiento inestable que dé cuenta de la problemática de la subjetividad del relato, de las formas narrativas marcadas culturalmente e, incluso, del panfleto político. La historia como concepto está marcada por un afán de inmortalidad, trasciende el tiempo y tiende a su auto-conservación porque ella no se responde a sí misma y nunca acaba; no puede terminar jamás. Sin embargo, existen múltiples fisuras en sus formas cronológicas que alteran el espacio lingüístico de la historia –de ella misma– destinado a consolidar los discursos que se posicionan estratégicamente, se preserven y se asientan en las instituciones.

El acercamiento a la historia debe ser un gesto elaborado desde una perspectiva poliédrica

Frente a la Historia se sitúa la Sociedad, que como ente abstracto que se identifica globalmente, está marcada por las costumbres y por la ley que, a su vez, está atravesada en el curso de las generaciones por nombres y eventos concretos que tienden a la duración histórica como forma de pervivencia. Así, Historia y  sociedad en Ley reservarda de la artista Dagmara Wyskiel que se desarrolló de la mano de la invitación y organización de la Fundación Francis Naranjo en el Castillo de Mata —Gran Canaria, España—, son conceptos que se formulan a partir de la debilidad lingüística de ambos. Esto es, la subjetividad como forma de conocimiento colectivo. A partir de un arduo trabajo en equipo de distintas personas vinculadas a la historia como ciencia y desde posicionamientos ideológicos amplios, se formula un acercamiento a la serpiente de la historia a partir de un gesto lleno de simplicidad: 212 placas metálicas repasan la historia de Chile entre 1811 con el Motín de Figueroa y 2021 con el asesinato de Mapuches en la Auracanía chilena. 

Mediante un sencillo código se diferencian los años marcados por episodios de violencia en rojo de aquellos más tranquilos en blanco, formando así una cronología, o necrología, constituida por la opinión y experiencia de personas con capacidad de debate. Este es el mismo procedimiento que actualmente se está debatiendo en torno a la nueva constitución chilena, un hito en la historia global en el que 154 personas —la Convención Constitucional— de distintas procedencias sociales, políticas y étnicas discuten no solo la venidera política del país, sino el futuro para las próximas décadas.…

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