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Juan Muñoz: Esperando a que empiece la función

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Juan Muñoz. Esperando a Tom

Fue en el 2009 cuando, con ocasión de la exposición en el MNCARS, tuvimos la suerte de poder ver en directo alguna pieza de Juan Muñoz. Eso, claro está, sin contar la celebrada, aplaudida y reída obra que expuso la galería Faggionato en ARCO’13: Esperando a Tom, un –literalmente– agujero en la pared valorado en 100.000 euros.

El efecto mediático de aquel exceso burbujeante del mundo del arte tuvo su momento, pero, ¿no retrataba esa obra del artista madrileño a la perfección nuestra situación paranoide?, ¿no somos todos nosotros Jerrys que no dejamos de mirar un agujerito esperando que alguna vez salga Tom? Bien pudiera ser: por de pronto España es un país de 45 millones de cadáveres esperando la salida de algún “Tom” que nos (des)gobierne.

El efecto mediático de aquel exceso burbujeante del mundo del arte tuvo su momento, pero, ¿no retrataba esa obra del artista madrileño a la perfección nuestra situación paranoide?

Cierto que la alusión política pudiera ser ociosa o un simple irnos por los cerros de Úbeda. Pero, ¿no son estos momentos de fraternal espera desencantada, rumiando cada uno en el salón de nuestras casas un futuro que poder llevarnos a la boca, donde reside verdaderamente la soberanía nacional? Esperamos que algo pase, lo que sea; y eso, por encima de carnets y sentimientos, es lo que nos une en un destino común.

En relación a esto, quizá no sea una simple anécdota el que esta exposición de Juan Muñoz en la galería Elvira González coincida en el tiempo con el traslado desde el MNCARS al Congreso de los Diputados de la obra señera de la democracia española: El abrazo, de Juan Genovés. Y es que, ¿no es su versión “monumental”, la escultura de mismo título sita en la plaza de Antón Martín de Madrid y que sirve como homenaje a los abogados de Atocha, la antítesis radical de los primados estéticos de Muñoz?

Tamaña casualidad puede ser sólo eso o, junto con ello, una ocasión que ni pintada para escuchar mejor lo que dicen los personajes de Muñoz en su teatro de títeres. Porque es ésta la pista que queremos seguir, la que nos delatará lo que quiere –hoy– decirnos la obra de Muñoz y cuya genialidad ha conseguido que quince años después de su muerte sus descubrimientos todavía sean pozos de los que extraer petróleo.

Muñoz crea, aún en sus figuras más solitarias, escenarios no sólo contemplativos sino dialógicos: no son monumentos sino decorados para que la trama continúe.…

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