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Carta abierta de Pablo Helguera a Avelina Lésper

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Édouard Manet, L'Exécution de Maximilien, 1867.

El artista mexicano le escribió esta suerte de “carta de amor” a la polemista, famosa por sus duras críticas al arte contemporáneo.

Dios quiera que se nos recuerde con tristeza, pero sin odio.

Carlota de Habsburgo

Querida Avelina,

No nos conocemos, pero te voy a escribir de tú porque creo que así lo haría si nos viéramos en persona. No me dirijo a tí sin cierta trepidación: sé que el sólo acto de que te escriba una carta pública le parecerá a muchos una especie de acto amoroso o de elevación infundada, y calculo que muchos de éstos me retirarán la palabra para siempre. Por otra parte, dado que vivo fuera de México, eso para muchos significa que no tengo idea de lo que está ocurriendo en los debates locales y que por ende no debería tener vela en el entierro. Pero he decidido arriesgarme a recibir tales críticas porque ya no aguanto las ganas de escribirte.

He seguido con enorme fascinación tus declaraciones de “hartismo” sobre la falsedad del mundo del arte, sobre el complot que se ha venido gestando por Duchamp & Co. estos últimos 100 años para tomarle el pelo a la gente con el arte que denominas “contemporáneo VIP”. De cómo México es víctima de la imposición colonial de Art Basel y Charles Saatchi y cómo todos hemos capitulado ante un mercado del arte cada vez más frívolo y dedicado a enaltecer el ego de coleccionistas ricos e ignorantes. Confieso por otra parte que me ha fascinado aún más la reacción de muchos de mis colegas, amigos, etc. quienes han respondido a tus múltiples ataques con desprecio, insultos y sobre todo con indiferencia. Creo por ello que es hora de analizar lo que está pasando.

He seguido con enorme fascinación tus declaraciones de “hartismo” sobre la falsedad del mundo del arte, sobre el complot que se ha venido gestando por Duchamp & Co.

En México la educación artística —tanto del artista como del público— ha estado en bancarrota desde hace décadas. Este es un hecho del que todos tenemos que hacernos responsables: no se puede esperar que los artistas estén a cargo de educar a todo un país, ni el público debería de pretender que el arte es algo que se aprende como si se inhalara una espora, sin hacer el menor esfuerzo intelectual. Pero haciendo a un lado a este trágico hecho, como parte de esta bancarrota se da el fenómeno que la razón por la que ocurren ciertas cosas en el arte hoy en día se interpretan no de forma racional o crítica sino como si fuera un debate entre teologías.…

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