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Bailar antes de la guerra

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Hipólito Hidalgo de Caviedes, Gerardo Atienza y María Brusilovskaya con sus discípulas, 1934.

Poetas del cuerpo. La danza en la edad de plata
Residencia de Estudiantes (CSIC, Madrid), hasta el 1 de abril de 2018.
Comisaria: Idoia Murga

Quizás la vanguardia consiste en saber que hay algo llamado “tradición”. Para que exista es necesaria la idea de pasado: algo debe haber tomado forma previamente. En una España donde los lugares de la danza eran dispersos y se mezclaba la sicalipsis con el ballet, el orientalismo con el flamenco, los lugares escondidos con la pompa decimonónica, la innovación llega a partir de 1925, fecha clave en la que la danza española tomó conciencia de la tradición y por tanto pudo experimentar el concepto de vanguardia.

Poetas del cuerpo. La danza en la edad de plata es la exposición que acoge la Residencia de Estudiantes hasta el 1 de abril, comisariada por Idoia Murga, que reúne las distintas expresiones de la danza durante los años previos a la Guerra Civil y también en el primer franquismo. Se trata de una propuesta con un claro enfoque historicista, en este sentido lineal, rigurosa y con amplia documentación, aunque a veces resulte algo abrumadora al mezclar figuras de distintos géneros (Miguel de Molina, la Macarrona, Loie Fuller o Tórtola Valencia son algunos de los personajes con los que nos encontramos). No obstante se trata de una exposición necesaria, que cubre un vacío evidente tanto desde las artes visuales como desde las artes escénicas: ya sabemos que aquí se programa, se investiga y se comisaría poco en relación a la interacción de ambas. Existe un vacío evidente respecto a la historia de la danza, y mucho menos a la que se ha producido en España.

La muestra comienza con el panorama dancístico a principios del s. XX, supeditado a la ópera y las actuaciones nocturnas de los cafés cantante. Es comprensible por tanto el impacto que tuvo la primera gira de los Ballets Rusos en España a partir de 1916. En este sentido, y rememorando las giras consecutivas en 1917 y 1918, esta exposición pretende ser también una celebración del primer centenario de la llegada de este impulso para la modernización de la danza española. Las escenografías de Picasso, la colaboración con Satie, Cocteau o Massine, conviertieron a los ballets rusos en un espacio de innovación y modernidad. Nos encontramos con otras figuras clave: las emocionantes (y únicas) imágenes de Isadora Duncan bailando, los aleteos de mariposa de Loie Fuller o el descaro de Tórtola Valencia, Áurea de Sarrà y Charito Delhor.…

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