Narcisismo: la arquitectura del cuerpo
Vito Acconci promueve una hibridación disciplinar vinculada a una identidad (en la auto-representación) que no pasa por el yo, sino por la performatividad inestable. Para Acconci el yo es una experiencia y un instrumento a distancia. El yo habita la indeterminación entre escritura poética y arquitectura utópica, se recrea en un territorio entre el lenguaje, la casa y el cuerpo, al que llamamos artes visuales. Por eso, la identidad corporal del Acconci performer -no me refiero sólo a la sexualidad- es coincidente con la performance y la imagen videográfica. A la inversa también es verdadera: las características de la obra son las mutaciones del cuerpo. Hasta finales de los años 60 Acconci es un poeta, después incorpora la poesía en el vídeo, inventa el corpus de este medium -junto a Bruce Nauman- y realiza, como protagonista solitario, cerca de cuarenta pequeñas películas hasta el año 1974.
Vito Acconci. Blindfolded Catching (La gallinita ciega), Junio 1970. Film-stills. Película super-8, blanco y negro, 3 minutos. Cortesía Vito Acconci Studio, New York, y Ediciones Polígrafa, Barcelona
Empieza con Running Tape (1969), una experiencia en la que todavía prevalece el audio. Acconci corre por Central Park con un micrófono y una grabadora, contando y grabando los pasos de su carrera. Después tendremos Three Frame Studies, del mismo año y su primer film como tal, en el que se encuentra con un figurante y ambos se empujan disputándose los límites del encuadre. Prosiguen otras obras donde un cuerpo estampa sobre otro cuerpo huellas como marcas de carmín femenino, experiencias con saliva –Waterways (1971)-, fósforos amenazando en la nuca, en un gran plano, y en el propio cabello, boxeo contra espejos rotos, posesión, autohipnosis -en una de sus obras más conocidas, Claim (1971)-, sonidos y arremetidas de partes del cuerpo -cabeza, estómago, pene- contra la cámara, o discursos sobre política e identidad nacional –Shoot (1974), en el año en el que cierra este ciclo de performances.
La cámara fija me filma de la cintura hacia arriba: frente a mí hay un recipiente lleno de agua con jabón, yo miro hacia la cámara. Levanto el recipiente y me echo el agua con jabón en la cara, en los ojos; me he cegado, no veo nada, no puedo abrir los ojos, no puedo mirar a la cámara… Parpadeo, me limpio el jabón de los ojos, no lo hago con las manos, ejercito mis ojos y mis pestañas… Al final de la película, vuelvo a mirar hacia la cámara, he logrado volver a mi posición original, vuelvo a mirar a través del jabón que hay en mi cara.
Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO
Suscríbete