post_type:dossier
Array ( [0] => 83241 [1] => 83242 [2] => 83243 [3] => 83244 [4] => 83245 [5] => 83246 [6] => 83247 [7] => 83248 [8] => 83249 [9] => 83250 [10] => 83251 [11] => 83252 [12] => 83253 [13] => 83254 [14] => 83255 [15] => 83256 ) 1
size_articulos_ids: 16
Current ID: 83250
Current pos: 9
Articulo anterior: Tracey Emin
Articulo siguiente: David Wojnarowicz
prevID: 83249
nextID: 83251
anterior

Thomas Ruff

siguiente
Thomas Ruff. nudes ama12. 2000. Laserchrome and diasec, 110 x 157 cm. Cortesía del artista y Galería Helga de Alvear, Madrid

La edición alemana de la revista GQGentlemen Quarterly, perteneciente al grupo editorial Condé Nast- contrató un porfolio de ocho páginas con imágenes de la serie Nudes, del fotógrafo Thomas Ruff, para publicar en su número de septiembre 2002. Las fotografías procedían de la prestigiosa editorial Schirmer/Mosel, de Munich, que potenciaba así el lanzamiento y promoción del libro Thomas Ruff: Nudes, preparado para octubre 2002.

Con la revista ya impresa, el lobby de editores y distribuidores mayoristas Presse-Grosso ejerció su presión considerando que las imágenes eran una apología de la pornografía. Se negaron a distribuir la revista si algunas de las fotografías de Ruff no eran antes mutiladas con recuadros negros que ocultaran las acciones y zonas sexuales más explícitas. GQ, revista orientada para un lector masculino, donde las fotografías de mujeres con un enfoque erótico abundan en sus páginas, se doblegó ante la presión de los distribuidores y colocó los recuadros negros sobre las fotos para así dar salida a la revista en los kioscos.

Illustration
Thomas Ruff. nudes mb09, 1999. Laserchrome and diasec, 140 x 110 cm. Cortesía del artista y Galería Helga de Alvear, Madrid

Con la revista ya impresa, el lobby de editores y distribuidores mayoristas Presse-Grosso ejerció su presión considerando que las imágenes de Ruff eran una apología de la pornografía

La reacción de Schirmer/Mosel ha consistido en editar, el 14 de agosto, una nota de prensa en su website –www.schirmer-mosel.de-, bajo el título Pánico pornográfico en GQ. Condé Nast censores del arte contemporáneo, además de una carta abierta de Lothar Schirmer dirigida a Bernd Runge, editor de GQ, en la que pone de manifiesto su sorpresa y malestar, la ruptura unilateral de un contrato y la denuncia de una acción de censura y autocensura sin precedentes en las revistas alemanas. A la espera de una réplica o de que GQ se retracte en sus próximos números, el caso se ha convertido en una polémica notable en el mundo de la prensa, la cultura y el arte contemporáneo en Alemania.…

Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO

Suscríbete