Las líneas de la vida
Rufo Criado (Aranda de Duero, 1952) es un pintor paisajista. Naturalmente, como un artista del siglo XXI, su comprensión de la naturaleza no puede ser bucólica, ni puede construirse de una forma ajena al ruido, a la velocidad, a las características de la vida actual. Pero el eligió vivir fuera de las grandes urbes, donde la búsqueda de la naturaleza real aún es posible. Donde el caminar aún tiene un significado que corre en paralelo a los surcos del camino, a las corrientes de las aguas. Las líneas rectas son frecuentes en la naturaleza, como lo son las curvas, los caminos sencillos y los enrevesados. Todo esto lo encontramos en las pinturas de Rufo Criado, donde el color, unas gamas depuradas que no podremos ver a simple vista en ningún paisaje construye otra idea de lo natural mezclándolo con la construcción cultural que es, en definitiva, lo que es la idea de paisaje. En su pintura Criado realiza una depuración, una síntesis cargada de movimiento y de velocidad de lo que sería en la era del movimiento continuo la idea de paisaje, unas pinturas donde sobresalen las líneas de fuga, las líneas que nos llevan, como los ríos en la naturaleza, las líneas de la vida. Sus fotografías son construcciones, fragmentos de detalles arquitectónicos, urbanos, que definen otro paisaje, esta vez hecho de colores y líneas quebradas, fragmentos de una realidad imposible de sintetizar y que simplemente, la fotografía fragmenta, como un bisturí preciso. La pintura y la fotografía nos muestran dos formas de definir un paisaje diferente y complementario: el intenso y que fluye en el campo, y el que asiste imperturbable, desde su insignificancia, a nuestro deambular por el mundo.
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