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Richard Ross

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Richard Ross. Neue Galerie, Graz, Austria, 1998. Architecture project. Cortesía del artista

Richard Ross, viajero y curioso paseante del mundo y de sus diferentes culturas, utiliza la fotografía como la marca de una búsqueda personal de los orígenes y de la evolución de la cultura. La mirada que cataloga la historia y la naturaleza recae ahora en el museo, tanto como idea como lugar de aprendizaje, formaliza la actitud del propio espacio que sirve de punto de encuentro entre el pasado y el momento actual. En su trabajo como documentalista de los proyectos de restauración que el Getty Conservation Institute financia en todo el mundo se ha convertido en el principal testigo de la recuperación de espacios que históricamente han sido lugares de cultura y de arte. Desde la anciana China hasta las salas del J. Paul Getty Museum en Malibú, California, sus fotografías nos sirven de testimonio de la decadencia física y de la pervivencia del aura que el arte, la belleza y la inteligencia, deja en aquellos espacios en los que vive y se desarrolla. Después de su serie más conocida, recogida en el libro Museology, Ross profundiza en esa mirada hacia el lugar del arte, pero traspasa la línea de lo objetual, diríamos que pasa del cuerpo al alma del lugar. Si antes se detenía metódicamente en la abundancia de restos, en la presencia obsesiva de objetos, y elegía los almacenes y archivos como lugares esenciales de la memoria y el conocimiento, una especie de “cámara de las maravillas” habitada por fósiles, animales y objetos de todo tipo, ahora elige el aire, la luz y la sombra. No hay en estas últimas imágenes referencias concretas, no hay objetos ni personas que interfieran en una atmósfera fuera del tiempo.

La magia de los lugares vacíos no existe si antes no fueron habitados. La memoria pervive más allá de la realidad física de su presencia

Richard Ross. Tally Pagoda, Bagan, Myanmar, 1990

La magia de los lugares vacíos no existe si antes no fueron habitados. La huella, la memoria de quien los creó y dio razón de existir pervive más allá de la realidad física de su presencia. Esto queda claro en la presencia fantasmagórica, invisible, marcada por la luz, por una sombra, que todavía podemos descubrir en estos interiores en los que no hay nada, pero que, sin embargo, no están realmente vacíos. Así podemos comprender que Ross no ha cambiado realmente de estilo, que al pasar de la superabundancia a la esencialidad lo que intenta es profundizar en esa búsqueda de lo que hay detrás del arte, de los objetos que viven en los museos, lo que significa seguir la huella de los hombres que usaron esos objetos, que pintaron esos cuadros, que construyeron esos edificios.…

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