Where shall we meet
Observa algo lejano, rodeada por las geometrías de un espacio abstracto, público pero muy pensado por Hannah Starkey (1971, Belfast). La ciudad es un lugar repleto de desconocidos donde la mujer experimenta y se comunica de forma diferente a los hombres, se convierte en una extraña. Cada día se viste y se muestra al mundo sin poder evitar que su cuerpo de mujer se exhiba como tal, bien vistiéndose para la ocasión, bien disimulando su condición o bien rompiendo con las normas, provocando en el sentido más político de la palabra, sin poder olvidar su presencia física. No es así su mirada, el pensamiento puede ir mucho más lejos, le permite reflexionar, quedarse congelada en la escena, ajena de alguna forma a esa mirada del exterior, siendo ella la que mira a un lugar indeterminado, inmóvil durante unos instantes de ensimismamiento.
Starkey fotografía ese ensueño, ese soñar despierto. ¿En qué piensas? No lo sé. Su respuesta no contiene palabras, tan sólo estos momentos de revelación, de consciencia. La fotógrafa parte de un estado mental, de un momento vivido para representar los modos de hacer de la mujer. Mediante un trabajo participativo, incorpora diferentes miradas, permitiendo a la actriz que opine y colabore en la construcción de la escena. Ninguna es la protagonista, ninguna en concreto encarna la voz cantante, ni es definida por otra. Fotografía esa fina línea entre la mirada del afuera y la mirada interior, ese límite entre la mujer del pasado y la mujer por venir, ese lugar intermedio donde la mujer no tiene por qué serlo y puede verse a sí misma al margen de las miradas ajenas.
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