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Céline van Balen

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Céline van Balen. Figen, Yesim y Muazez, 1998

Primeros planos de jóvenes, en su mayoría mujeres, conforman la obra de esta joven artista holandesa. La juventud se convierte en un lazo de unión entre las mujeres retratadas y la mujer que las retrata. En esta breve selección se mezclan dos series de van Balen, la primera y más famosa de las que ha realizado hasta ahora, son retratos de las jóvenes de la comunidad musulmana que vive en Amsterdam. En estos retratos destacan la mirada de las niñas y adolescentes y muy especialmente el peculiar enmarcado que del rostro hacen los pañuelos y tocados con los que se cubren el pelo. Negros, blancos, de flores, son una nota de color y diseño en unas obras que reciben una fuerte influencia del retrato flamenco y de la pintura clásica de Europa del norte. La franqueza, la sinceridad de las miradas de las modelos es transformada en unos retratos casi puros, de una limpieza difícilmente repetible. La segunda serie se centra en retratos de jóvenes y mujeres procedentes de la Europa del este que se desplazan hacia el oeste después de la caída del muro de Berlín. Estos retratos son de un tamaño mucho mayor y aunque aquí también asistimos a unos primerísimos planos, los rostros, sus miradas, nos hablan de algo muy diferente. Ya no está esa tranquilidad, esa claridad y casi inocencia que había en las jóvenes musulmanas. Aquí las marcas, las ojeras, las manchas en la piel, cualquier detalle es agrandado ante nuestros ojos y el sufrimiento parece estar latente en el aire.

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Céline van Balen. Sin título, de la serie Berlin, 2000. Cortesía de la artista
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Céline van Balen. Sin título, de la serie Berlin, 2000. Cortesía de la artista

Céline van Balen es un ejemplo de la nueva fotografía holandesa, especialmente frecuentada por mujeres jóvenes que se centran casi siempre en el retrato y que hacen de él no solamente un género, sino una aproximación psicológica a la sociedad que reflejan. En estos dos casos, tanto las mujeres musulmanas como las de emigrantes del Este, se trata de unos colectivos doblemente marginales: grupos de emigrantes y dentro de esos grupos los sectores posiblemente más perjudicados socialmente, las mujeres y sobre todo las mujeres jóvenes. El tratamiento es directo, sin manipulaciones ni escenificaciones, dejando que la cara, la mirad, la más suave y mínima expresión nos hable desde su fotografía.

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Céline van Balen.

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