Chapter IV
La obra de Alain Urrutia (Bilbao, 1981) toma como base imágenes fotográficas anónimas que posteriormente son trasladadas al lienzo o al papel empleando una gama cromática que se reduce al blanco, el negro y la escala intermedia de grises situada entre esos dos colores. Pese a no haber ningún criterio específico en la elección de los temas, la historia, la memoria, la actualidad o su propia biografía (emocional e intelectual) constituyen algunos de los motivos más abordados de una producción que también emplea el espacio expositivo como un elemento de experimentación. En este sentido, el trabajo de Alain Urrutia puede leerse como una doble negación dirigida tanto hacia el estatuto de realidad de la imagen fotográfica (que aparece siempre pervertida, desprovista de algunos de sus atributos esenciales) como hacia la tradicional bidimensionalidad de la pintura (por el empleo de continuas veladuras y la construcción, ocasional, de dispositivos escultóricos para la presentación de su trabajo).
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