Los edificios industriales repetidos, seriados, son la icónica imagen mental que tenemos de la pareja de fotógrafos alemanes Bernd y Hilla Becher; en 2007 fallecía él y tan sólo hace unos días despedíamos a Hilla. La pareja estudió junta en Dusseldorf y en 1961 se casaron, formando un dúo fotográfico que retrató, de forma compulsiva la similitud de ciertos edificios, especialmente los industriales. Las minas de carbón, torres de agua, tanques de gas o las naves de acero son parte del paisaje que los Becher popularizaron en sus imágenes. Su influencia llega a otros tantos fotógrafos reconocidos hoy como Andreas Gursky, Thomas Ruff o Candida Höfer, entre otros.
Su estilo analítico, riguroso y poco sentimental, siempre en blanco y negro, hace alusión a lo inexpresivo de unas construcciones con fuerte repercusión en el entorno donde se sitúan, con cierta crítica ambiental y visual.
Su reconocimiento fue tardío y dificultoso, ya que algunos consideraban sus escenas demasiado científicas
Hilla Becher fallecía en su domicilio de Dusseldorf con 81 años, ocho más tarde de la muerte de Bernd. Su reconocimiento fue tardío y dificultoso, ya que algunos consideraban sus escenas demasiado científicas, creando cierta polémica sobre su rígida estética, que sin embargo era muy valorada por ingenieros y arquitectos. Sin embargo, la aportación visual de los Becher fue galardonada con el León de Oro de la Bienal de Venecia en 1990 y con el Premio Hasselblad en 2004.