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Esther Ferrer: espacios entrelazados

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Esther Ferrer

El Museo Guggenheim Bilbao inaugura el próximo 16 de marzo la muestra Esther Ferrer: espacios entrelazados, una exposición comisariada por Petra Joos que reúne hasta nueve instalaciones inéditas de Ferrer, artista considerada pionera de la performance en España, un género que ella misma define como “el arte que combina el tiempo y el espacio con la presencia de un público que participa en la acción”. En coherencia con esta premisa, dos de las once obras que conforman la muestra serán activadas de forma especial a través de la interacción del público.

Esther Ferrer (Donostia, 1937) inició su carrera a finales de los años 70 desarrollando líneas de pensamiento a través de una gran variedad de formas y materiales entre las cuales, la performance, es el elemento principal. La artista valora muy especialmente la libertad del espectador, razón por la cual no le ofrece conclusiones sino preguntas y cuestionamientos para que, de manera autónoma, genere su propia interpretación personal. Fue en 1967 cuando Esther Ferrer empezó a colaborar en las actividades del grupo Zaj junto a Walter Marchetti, Ramón Barce y Juan Hidalgo, recientemente fallecido, mismo año en el que el arte de acción, la performance, se convirtió en su principal medio de expresión. A partir de 1970, paralelamente a sus colaboraciones con Zaj, Ferrer retoma la realización de obras plásticas a través de fotografías intervenidas, instalaciones, cuadros y dibujos. En este sentido, su obra se inserta también en la corriente de arte minimalista y conceptual tomando como referentes a creadores como Stéphane Mallarmé, Georges Perec u John Cage, así como los discursos feministas presentes en aquel momento.

La artista valora muy especialmente la libertad del espectador, razón por la cual no le ofrece conclusiones sino preguntas y cuestionamientos

A lo largo de su extensa carrera, Esther Ferrer ha participado en numerosos festivales de arte de acción, expuesto en distintos museos y recibido múltiples reconocimientos de entre los cuales destacan el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2008, el Premio Velázquez de Artes Plásticas y el Premio Marie Claire de l’Art Contemporain. La muestra que acoge el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 10 de junio reúne las siguientes instalaciones:

Entrada a una exposición (1990-2018), una instalación que pretende que cada cual tome consciencia de su propia piel a partir del contacto con un elemento externo, en este caso la sensualidad de las plumas; Las risas del mundo (1999-2018), pieza en la que el humos es protagonista –y que es, de hecho, un elemento indisociable de la obra de Esther– y en la que la artista utiliza el sonido orgánico, natural y efímero de la risa y lo convierte en objeto artístico al ser expandido en el tiempo y ordenado en el espacio; Instalaciones con sillas  (1984 y 2018), una instalación que parte del interés de Ferrer por la silla como elemento transformador de un espacio. Le atrae especialmente la cualidad “antropomórfica” de su estructura, independientemente del material con el que está construida.

Ferrer somete estos elementos a un intenso rigor matemático, situando las horquillas de sujeción a diferentes intervalos

Esther Ferrer, Serie Sillas suspendidas, años 1980. Archivo Esther Ferrer © Esther Ferrer, VEGAP, Bilbao, 2018

También podrá verse en la muestra Proyectos espaciales (1977/2018), una serie de instalaciones que responden al proceso creativo de la artista a la hora de fijar hilos en distintos planos de maquetas, midiendo distancias regulares entre puntos de sujeción de las mismas y creando multitud de variaciones que convierten al proyecto en una serie. Ferrer somete estos elementos a un intenso rigor matemático, situando las horquillas de sujeción a diferentes intervalos, medidos para generar distintos ritmos, direcciones y retículas que alteran la percepción del espacio y su tránsito.

(Esther Ferrer: espacios entrelazados, en el Museo Guggenheim Bilbao. Del 16 de marzo al 10 de junio 2018)