¿No es el arte a veces pura basura? ¿Quién no ha dicho en alguna ocasión que tal o cual pieza merecería ser tirada a la papelera? Con motivo de la versión de 2019 de la célebre exposición This is Tomorrow en la Whitechapel Gallery de Londres, en que la jefa de la limpieza del museo londinense había tirado por error una obra de Gustav Metzger, Fernando Castro escribía sobre los casos en que las obras de arte habían sido borradas, literalmente hechas desaparecer a golpe de escoba. Algunos de esos momentos nos retrotraen a los ready-mades de Marcel Duchamp, quien fuera primero en señalar al sancionador gesto del artista, el que decide qué elemento de la vida cotidiana (por muy impuro que sea) colocar en el centro de la atención estética. Como concluye Castro, “el arte funciona mejor cuando aparece la mano de la mujer de la limpieza”.
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