Tino Calabuig (Colmenar de Oreja, 1939) lleva más de cincuenta años trabajando en el campo de las artes plásticas y visuales. Estudió pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y posteriormente se trasladó a Estados Unidos para realizar un Máster en el Art Institute of San Francisco. Diferentes acontecimientos históricos como la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, la dictadura franquista en España y el mayo del 68 francés influyeron poderosamente en Calabuig como artista y como ciudadano. A su regreso a Madrid continuó su trabajo como creador, destacándose como uno de los impulsores del movimiento democrático de los artistas plásticos de Madrid. En los años consecutivos puso en marcha la Galería Redor (1971-1988), fundó el Colectivo de Cine de Madrid (1975-1977) y expuso su obra en diferentes instituciones españolas de alto prestigio. Con casi 80 años de edad, Tino sigue siendo incombustible.
Marina Avia: Buenas tardes Tino, ¿por dónde empezamos?
Tino Calabuig: Pues yo creo que por el principio, ¿no? (risas). Bueno, como sabes mi formación como artista plástico arranca a finales de los años cincuenta, cuando comienzo a frecuentar el Círculo de Bellas Artes y el Casón del Buen Retiro. En 1960 consigo ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En aquella época conozco a Gayass Akrass, un grabador sirio con el que trabé gran amistad y cuyas ideas sobre el papel del trabajo del artista en la sociedad fueron calando en mí a lo largo de las numerosas conversaciones que mantuvimos. Gayass tenía una formación marxista y laica y mis convicciones personales estaban muy cercanas a las suyas por las circunstancias familiares que transité durante la larga posguerra española.
Con él compartía el posicionamiento intelectual de lo que debería reflejar el trabajo de un artista plástico socialmente consciente. Desde aquellos primeros trabajos, realizados mayormente en grabados sobre linóleo, madera o litografías, dibujos y pinturas, creo que ya se hacía patente esa posición que nunca me ha abandonado en mi trabajo como artista plástico.
MA: Ese posicionamiento de artista comprometido con lo social, con las clases oprimidas y explotadas como te gusta llamarlas a ti, ¿te llevó también a implicarte directamente en movimientos políticos?
TC: Bueno, muchos años después, ya a finales de los sesenta, me embarqué en el vértigo de la lucha clandestina política del PCE, cuando en España comenzábamos a vislumbrar la esperanza de la libertad que había sido secuestrada por el franquismo.…
Este artículo es para suscriptores de EXPRESS
Suscríbete