anterior

Pancho Casas: “Se trata de descolonizar el cuerpo”

siguiente
Las Yeguas del Apocalipsis, Las dos Fridas, 1989. Foto: Pedro Marinello

Francisco Casas Silva escritor y artista visual, autor de los libros Sodoma Mía (Editorial Cuarto Propio, 1991), Yo, yegua (Editorial Seix Barral, 2004), Romance de la Inmaculada Llanura (Editorial Cuarto Propio, 2008), Romance del Arcano sin Nombre (Editorial Chancacazo, 2009), acaba de publicar su último libro La noche boca abajo (Editorial Mansalva, 2019). En 1986 junto al escritor Pedro Lemebel fundó el colectivo de arte “Las Yeguas del Apocalipsis”, desarrollando una extensa obra en torno a la performance. En su trabajo en el dúo utilizó el travestismo, la fotografía, el video y la instalación como soportes combativos. En más de un centenar de acciones públicas, enarbolaron las banderas de la memoria, la sexualidad y los derechos humanos. Ha sido invitado como artista, escritor y conferencista a diversas universidades en América y Europa. Desde hace seis años vive en Lima (Perú) y en su casa en el barrio de Chorrillo, realizamos esta entrevista con una taza de café y muchas risas.

Inés R. Artola: ¿Haces alguna diferenciación entre tu faceta de escritor y de artista, ¿dónde acaba uno y empieza otro? 

Pancho Casas: No, a ver, más que artista visual me he sentido escritor. Yo siempre escribí. No recuerdo en mi vida no haber escrito: desde que aprendí las primeras letras empecé a componer entre ellas. Soy eminentemente escritor y yo llego a las artes visuales a través de la escritura.

Para mí la construcción del poema es algo performativo. Mis primeros libros son de poesía. Hay uno emblemático como Sodoma mía, que es el cuerpo travesti con SIDA, publicado en el año 91. Ese año recién en Santiago de Chile, de donde ya sabes que soy oriundo, se crea la primera editorial feminista, de mujeres. Y esta editorial, que se llama Cuarto Propio, dirigida por Marisol Vera quien es la primera editora que se enfrenta a la hegemonía patriarcal de las librerías y de las editoriales sexistas y apuesta por otras escrituras, principalmente escritura de mujeres, con el tiempo se abre Cuarto Propio a una escritura homosexual y publican por primera vez poesía homosexual. Y ese primer libro, el mío, lo publicó ella. Y eso fue un incentivo, pero eso significó que no lo recibió ninguna librería (risas) … pero bueno, eso ya es otro cuento.

Para mí la construcción del poema es algo performativo

A partir de ahí, a partir de eso, yo me aproximo a la performance, tal vez siguiendo los pasos de Diamela Eltit a partir de su primera novela Lumpérica.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete