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Olga Fernández López: “Comisariar consiste en crear espacios de potencialidad”

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Vista de sala de Centro de Arte Dos de Mayo, Comunidad de Madrid.

Entrevista a Olga Fernández López, experta en arte contemporáneo y estudios curatoriales y Profesora del Departamento de Historia y Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid. Olga colabora con diversas instituciones como Intermediae, CA2M o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Es la autora del libro Exposiciones y Comisariado. Relatos cruzados (2020), recién publicado por Cátedra.

Marina Avia: Olga, ¿por qué este libro y por qué ahora?

Olga Fernández López: El libro trata de cubrir varias necesidades dentro de la historia de las exposiciones y del comisariado. Desde el inicio, tiene una relación directa con mi propia docencia y responde a la necesidad de publicar más bibliografía en castellano sobre esta temática. Además, la mayoría de libros existentes sobre la historia de las exposiciones tienen una vocación enciclopédica, en el sentido de que recogen fichas de las exposiciones más importantes del siglo XX, como el libro de Bruce Altshuler o el de Anna María Guasch. Sin embargo, estos relatos no tratan de argumentar por qué esas son las más “importantes”. Mi idea era escribir otro tipo historia que rompiera esa dinámica de fichas y tratar de ubicar las exposiciones en un contexto histórico y dentro de unos marcos teóricos, es decir, dentro de debates que se han venido produciendo a lo largo del siglo. A la hora de realizar el libro me resultaba muy difícil hablar de las exposiciones sin hablar de comisarios, y viceversa. Las historias se iban enlazando, así que traté de unirlas.

MA: ¿Qué dirías qué significa hoy en día comisariar y cuáles son los límites?

OFL: Es una pluralidad de prácticas que pueden darse en el campo del arte contemporáneo o en el ámbito del arte en general. Yo diría que no hay muchos límites, lo que hay es un campo muy expandido del comisariado. Sin embargo, esa disolución de la que habla Balzer, el curadurismo, se ha expandido mucho a partir de la digitalización. Y es que si todo es comisariado, nada es comisariado, aunque yo tampoco puedo decir hasta dónde llega. Creo que tiene más que ver con la intención, con el marco en el que se inserta, en cómo una persona se autodefine, por qué se ha generado esa marca de valor o de prestigio para la propia palabra “comisariado” que hace que sea atractiva y que la gente quiera usarla.

Mi idea era escribir otro tipo historia que rompiera esa dinámica de fichas y tratar de ubicar las exposiciones en un contexto histórico y dentro de unos marcos teóricos

MA: ¿Crees que la práctica curatorial puede existir al margen de la exposición?

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