Me reúno en Madrid con María Ruido (Ginzo de Limia, 1967), artista visual e investigadora, cuya conversación se transcribe en este texto. Su producción se desarrolla en relación a los imaginarios del trabajo en la sociedad posindustrial, así como, la construcción de las narrativas de la historia. El trabajo de Ruido es clave para la comprensión de la historia del arte español por sus aportaciones dentro del campo audiovisual y los estudios de género. En su última película Estado de malestar (2018-2019) hace un agudo análisis sobre las consecuencias psíquicas que provocan los imaginarios del trabajo en tiempos del realismo capitalista. En paralelo a este proyecto acaba de presentar junto con Antonio Gómez Villar y Marta Echaves el libro Working dead. Escenarios del postrabajo (2019).
Paula Noya: Me interesaría comenzar rescatando una idea que Patricia Mayayo proponía dentro del catálogo de la exposición Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010, que tuvo lugar en el MUSAC en 2010. En uno de los ensayos denomina a las artistas de la generación de los noventa como “Huérfanas de una tradición propia”. ¿Dónde situarías genealógicamente tu trabajo?
Maria Ruido: El análisis que hacía allí Patricia Mayayo tiene mucho que ver con el que Carmen Navarrete, Fefa Vila y yo hicimos a raíz del grupo de feminismos para el proyecto Desacuerdos en Barcelona. Todas compartíamos generación y más o menos comenzamos a trabajar al mismo tiempo, y nos dábamos cuenta de que nosotras no veíamos una genealogía propia. En mi caso, los referentes que podía tener eran todos de hombres. En el momento en el que empecé no conocía a artistas como Eugènia Balcells, ni tampoco a Esther Ferrer en mis primeros trabajos en performance. Creo que Patricia planteaba ahí un análisis en torno a lo que sucedía a principios de los 2000, cuando empezamos a trabajar en Desacuerdos entre el 2003 y el 2005. Efectivamente, tiene razón. Por suerte, ahora mismo no existe tal carencia de referentes. Es un poco complicado convertirse en uno para las artistas más jóvenes, pero es importante adquirir esa responsabilidad.
Es lo que Peter Weiss en la Estética de la resistencia llama: “la línea roja de la historia”, ese hilo rojo de la historia donde yo me inserto
Considero que la palabra genealogía es fundamental, sobre todo, en un contexto como el del Estado español, tremendamente fracturado históricamente, con una genealogía estético-política que podría haber sido la de las vanguardias republicanas y que, por razones que todas y todos conocemos, fue truncada por una dictadura de cuarenta años de olvido.…
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