Entusiasmo y pasión por la fotografía. Eso es lo que transmite François Hébel. Acompañado de Nicolás Zurmeyer, de Alliance Française, atiende a los medios con un café delante. Hace un día soleado y el que fuera director de los Encuentros de Arles ha venido a España a mostrar el Concurso Internacional de Fotografía Alliance Française en España, en el que ha participado como jurado. Tenemos la oportunidad de charlar con uno de los grandes conocedores de la fotografía contemporánea: tras dirigir la agencia Magnum entre 1987 y 2000, retomó la dirección del Festival de Arles hasta el año 2014. Actualmente es director del Mes de la fotografía del gran Paris y del Festival Foto Industria de Bolonia.
Ana Folguera: El Festival de Arles fue el primer festival de fotografía en Europa. ¿Cómo fue su experiencia dirigiéndolo?
François Hébel: Fue estupendo. Ha sido muy importante en mi vida. Me permitió conocer a gente distinta y cambiar mi mirada sobre las cosas. Cuando yo era joven, de hecho, soñaba con tener un trabajo que me hiciera viajar por todo el mundo y transformara mi punto de vista. No sabía entonces que esa oportunidad me la ofrecería la fotografía. Pude viajar desde China al continente americano, Sudáfrica o Uzbequistán, por ejemplo. Durante quince ediciones en Arles he intentado transmitir el talento y el valor de los fotógrafos a distintos tipos de público, tanto el especializado como el amateur, o incluso el escolar. Hoy en día sigo con el mismo propósito, pero mi experiencia en Arles me sirvió para afianzarme profesionalmente.
AF: Dirigió el festival en dos períodos: entre 1986-1987 y posteriormente de 2001 a 2014. ¿Cómo fue cada una de las etapas?
FH: El festival se creó en 1969. Antes no había nada parecido. Al principio estaba muy enfocado en los clásicos y en la fotografía francoamericana. Yo intenté abrirlo a fotógrafos más contemporáneos, con un concepto de exposición más ambicioso, e incluyendo otras nacionalidades. Cuando volví en la segunda etapa, la fotografía había cambiado. Fue muy interesante mostrar parte de ese proceso: la explosión de la fotografía en China, por ejemplo, o en África. Se había producido una enorme expansión de todo el fenómeno fotográfico. En los últimos años hemos prestado especial atención a la instalación fotográfica en sí, al espectáculo y al concepto de laboratorio. Creamos un ambiente un poco “hippy”, que pretendía ir más allá del cubo blanco. Es divertido porque mi sucesor, que hace un programa muy interesante, se centra en el comisariado de exposiciones a partir de un tema.
Este artículo es para suscriptores de EXPRESS
Suscríbete