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Entrevista con Ernesto Neto: escultura, espacio y espiritualidad

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Ernesto Neto, Nave Denga, 1998

Fue mi amigo Cayetano Limorte Menchón (Ernesto Neto. El cuerpo como lugar común, Ediciones Asimétricas, 2018) quien me habló por primera vez del artista carioca Ernesto Neto (1964, Rio de Janeiro, Brasil). Sus obras son lugares proyectados para el intercambio, donde todo está en contacto. “Nuestra piel toca su piel”, dice Raphaela Platow, refiriéndose precisamente a aquella fricción casual con el Otro, ese intercambio molecular resultado de la fricción, de experimentar colectivamente el paisaje propuesto por Ernesto Neto. Sus naves ofrecen, aquello a lo que David Le Breton se refirió en relación a los sentidos, “lógicas de la humanidad que reúnen a los hombres de sociedades diferentes en su sensibilidad frente al mundo”.

π gluon π

Miguel González Diez: A mi modo de ver, en 1992, con π gluon π, sentabas las bases de las experiencias devenidas de tus instalaciones, convirtiendo la interacción física en el atributo central de tu trabajo. Curiosamente se llama ladrillos —brickwork— en el argot científico a las partículas de materia que construyen el mundo. Quizás no es casual que seleccionases estos pesados bloques de acero como elementos tensionadores. Por otro lado, los gluones, del inglés glue, hacen que los “ladrillos” permanezcan unidos.
π gluon π representa esas dos masas matéricas interrelacionadas a través del gluon. Cabría la posibilidad de pensar que esta obra, que este título, es toda una declaración de intenciones: tus diferentes obras son esos gluones que sirven de “pegamento” entre los diferentes usuarios, permitiendo la relación de unos con otros, afectándose entre sí. La partícula virtual que supone el gluon, entiéndase como la obra, posibilita el intercambio dinámico de identidades.

Ernesto Neto: El gluon, como el propio nombre indica, es esa partícula responsable de mantener las cosas unidas, pero se trata de un contacto inusual, mantiene a las partículas ocupadas intercambiando gluones. Me gusta eso de una declaración de intenciones y estoy de acuerdo contigo en que el gluon, de alguna forma, está presente en todo mi trabajo. En esta obra aparece también el símbolo π, que es ese número mágico, infinito, un coeficiente del círculo, siempre lidiamos con coeficientes en nuestro trabajo. Así π es como si él mismo simbolizara los bloques que tú nos sugieres. π gluon π tiene un detalle, tiene un límite, si se estira demasiado el bloque cae.

Las obras de Ernesto Nieto son lugares proyectados para el intercambio, donde todo está en contacto

MGD: También estarían los dos símbolos π que aparecen en el título de la obra, quizás haciendo alusión a la partícula pion como representante de la materia que conforma el mundo, escenificando en un plano literal la presencia de los dos ladrillos metálicos, unidos por la palabra gluon.

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