anterior

Once años después, Helga de Alvear

siguiente
Helga de Alvear enfrente de su museo en Cáceres, Extremadura.

Hace once años publicamos una larga entrevista con Helga de Alvear en la edición en papel de EXIT-Express en la que contábamos prácticamente casi todo lo que se podía contar de una mujer, no solo desconocida para todos, sino incomprensible para muchos. Cómo una chica alemana se convertía en la galerista española más importante del momento; el origen, la evolución y las causas de esa evolución. Hace once años Helga de Alvear ya había cerrado ese viaje iniciático que de alguna manera le salvó la vida, desde la depresión a la cima del arte contemporáneo, y empezaba lo que se convertiría en la ilusión de sus últimos años: la creación de una Fundación, de un Museo que albergase su colección de arte actual y contemporáneo, por cierto una colección de más de 3.000 piezas que está considerada como una de las más importantes del mundo, y sin duda la mas importante de España, incluyendo a las colecciones de prácticamente todos los museos que en el país existen. Una Fundación que garantiza su unidad, la imposible dispersión de sus fondos, sin riesgo de escisiones hereditarias, ni de caprichos de moda de posibles futuros directores. Una joya del arte y de la arquitectura contemporánea en la España profunda, un regalo inesperado e impagable.

La larga trayectoria que hay detrás de todos estos logros para Helga de Alvear parece ser un paseo sin mayor importancia.  Hoy, tantos años después, cerramos de alguna forma aquella entrevista con la inauguración de la Fundación Museo Helga de Alvear en Cáceres, ya una realidad que convierte a una ciudad extremeña en un punto esencial del arte contemporáneo en España. Pero estos once años han estado llenos también de cambios y de experiencias nuevas, tanto personales como profesionales. Pero Helga de Alvear ha sido siempre, sobre todo, una persona a la que no le interesa la popularidad, reservada en su vida y exultante en sus declaraciones. Entrevistarla es apasionante, pero a la vez imposible, ya que todo lo que resulta interesante viene iniciado por un “esto no lo digas”, o por “pero apaga la grabadora”, lo que acaba deprimiendo a cualquiera.

Nacida en Kirn Nahe, Alemania, en 1936 Helga, a sus 86 años, es la representación de la superación, detrás de ese aspecto de abuela consentidora y feliz, está la joven rica a la que no le dejaron estudiar arte, la melómana absoluta, la mujer que un día tuvo que tomar decisiones que nunca hubiera imaginado, la aventurera que compró una galería de arte con historia, pero en la ruina, con un cheque en blanco.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete