“Mi trabajo habla de una guerra de clases y yo elegí mi bando”
Me encuentro con Antoine d’Agata (Marsella, 1961) en la cafetería de un hotel de belleza decadente del centro de Pamplona. Se mueve con timidez, sus gestos son humildes y tiene una mirada que te penetra sin violencia. Es muy cómodo estar cerca de él. Antoine se sienta en un sillón de orejeras de terciopelo rojo y me mira de forma profunda mientras responde de forma generosa a todas las preguntas que le voy planteando. En un español casi perfecto, habla con voz pausada durante una hora escasa de sus más de treinta años de carrera fotográfica. Pero sobre todo habla de su forma radical de habitar el mundo y de las experiencias vitales que le atraviesan y son la razón de ser de su fotografía.
Marina Avia: Voy a decirte una cosa antes de empezar, Antoine, yo no soy periodista, yo me dedico al arte contemporáneo pero he venido a entrevistarte porque admiro tu trabajo desde hace muchos años. Quería ser fotógrafa pero era demasiado mediocre así que me hice historiadora.
Antoine d’Agata: Perfecto, porque yo no soy fotógrafo. Dicen que soy fotógrafo, pero yo no lo creo. Para mí es la historia lo que mueve la realidad. Este último año sólo he trabajado con lugares y perspectivas ancladas en la historia; estuve en Israel-Palestina, en Camboya, en Laos, en Vietnam, en Irak, en Cuba, en lugares en los que traté de conectar con la historia más que con las realidades presentes, o mejor dicho, con mi sensibilidad o la manera en la que yo absorbo la vida. Ahora me siento omnipresente, totalmente deformado, como si esas realidades se hubieran borrado de la historia. Y cuando veo a la gente involucrada en su presente, pienso, ¿pero no se dan cuenta de hasta dónde estamos llegando? En el proyecto que hice con Jonathan Littell en Ucrania exploramos espacios que son intervalos entre pasado y presente, tratando de vincular los dos. Siento que quizás estoy preso en ese encuentro.
“Incluso mucho antes de ser fotógrafo, siempre encontré luz en esos espacios oscuros”
M. A.: ¿No estás cansado de absorber tantas historias? ¿De guardar y custodiar tantos relatos?
A. A.: Más que relatos, comparto experiencias. Sí recibo testimonios y relatos pero lo importante para mí es no renunciar a estar, tomar en mis manos mi propio destino.
M. A.: ¿Cómo convives con todas esas experiencias?…
Este artículo es para suscriptores de EXPRESS
Suscríbete