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La crítica de arte ahora con Christian Viveros-Fauné

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Christian Viveros-Fauné. Foto: Ari Espay

Irreverentes, directos y minuciosos, los juicios de Christian Viveros-Fauné, crítico de arte chileno residente en Nueva York, hacen diana cada vez que descubren el telón tras el que se ocultan el comercialismo, la teoría dogmática, la especulación y, en general, las estrategias publicitarias que espectacularizan y manipulan el arte. Para hacer frente a estas tendencias, ha publicado en medios como ArtReview, Art in America, The New Yorker y el legendario Village Voice, ha dirigido las ferias de arte Next (Chicago) y Volta NY (Nueva York), y ha recibido premios por su incisiva labor literaria, como la beca para escritores de arte otorgada por Creative Capital/Warhol Foundation for the Arts. Aprovechando la publicación de Greatest Hits. Arte en Nueva York (2001-2015) (Cendeac, 2018), hablamos con él sobre la permanencia y posibilidad del oficio de la crítica de arte, la capacidad subversiva de la obra de arte, o el lugar fundamental de la pintura, entre otros temas.

 Héctor Tarancón: Cada pocos años, se oye el canto de sirena que certifica la decadencia y muerte final de la crítica de arte. ¿Hay razones reales para creer ese mantra? Se suele recurrir a la paradójica falta de crítica del crítico.

Christian Viveros-Fauné: A mí me preocupa menos la muerte de la crítica de arte que el colapso colectivo del periodismo y del pensamiento crítico en general. Me parece que en este momento estamos inmersos en una crisis epistemológica de dimensiones planetarias, donde la tecnología es vendida, aún hoy, como una especie de enciclopedia universal, y el acceso al conocimiento sin límites, un curalotodo, digamos. Éste resulta ser un invento que es mejor para diseminar mentiras que verdades, para fomentar odios en vez de valores universales, para crear desigualdades, paranoias y disrupciones en vez de paridades informacionales, o para establecer instituciones que puedan abogar por el bien común. El panorama entero, desde la gig economy tipo Uber hasta el robo de las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016, pasando también, por qué no, por el calentamiento global (un tema no menor) y las ridiculeces del mundo del arte, es bastante desalentador. Es como si la realidad estuviera imitando al arte, pero a escala global. Por un lado el cuadro que esbozo describe, a grosso modo, una nueva era de analfabetismo informacional y la normalización de la barbarie. Por otro lado, este mismo retrato colectivo pide a gritos más crítica de los poderes y los poderosos que se ven enormemente beneficiados por este caos del saber y sus secuelas.…

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