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¿Un arte nuevo? ¡Una naturaleza distinta!

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Liu Zheng. Yang Guifei, 2004. Four Beauties series. Courtesy of Pekin Fine Arts, Beijing.

La fotografía ha influido más que ningún otro medio en la percepción artística del siglo XIX. Una vez que se da a conocer públicamente el daguerrotipo y la talbotipia, el viejo orden jerárquico de las artes se tambalea y fuerza al artista a reorientar sus formas de expresión estética. El lema, tan citado, de Paul Delaroche, “¡La pintura ha muerto, viva la fotografía!”1Vid Martin Gasser, “Between From Today Painting is Dead and How The Sun Became The Painter. A close look at reactions to photography in Paris 1839-1853”, en Image 33:3-4, 2002, p. 9-29. del año 1899, afectó especialmente a la relación entre fotografía y pintura. Sin embargo, Delaroche no estaba profetizando el fin de la pintura, sino que defendía la concepción de que la fotografía podría convertirse, junto con otros artilugios, como la cámara oscura, la cámara lúcida, o la proyección con espejos, en una importante ayuda para el artista.

Ya en 1855 habían conseguido los fotógrafos abrirse paso en los estudios, primero en Francia e Inglaterra, por el mayor avance técnico del medio, y más tarde en Alemania, Austria e Italia. Para muchos artistas –pintores, dibujantes, arquitectos y escultores– resultaba natural servirse de fotografías en sustitución de modelos, o como estudio previo dentro del proceso de la obra, y por eso coleccionaban fotografías. Estos archivos, que generalmente se dispersaban tras la muerte del artista con la subasta de su legado o de otro modo, contenían reproducciones tanto del ámbito de la arquitectura, el paisaje, naturalezas muertas, retratos, desnudos, como estudios instantáneos o de movimiento. Ya en las primeras décadas de la invención de la fotografía, los fotógrafos comenzaron a reproducir todas las facetas de la realidad visible. Se detectó un gran beneficio para la pintura sobre todo en los estudios fotográficos de fenómenos naturales y climatológicos que, por su fugacidad, apenas podían estudiarse directamente.2Vid Pierre Caloine, “De l`influence de la photographie sur l`avenir des arts du dessin”, en La Lumière, 4 Año, 1854, p. 65 y ss. Las tomas proceden a menudo de los principales fotógrafos del siglo XIX, como David Octavus Hill y Robert Adamson, Gustave Le Gray, Roger Fenton, Henri Le Secq, Julia Margaret Cameron o Eadweard Muybridge. Esta aplicación continuó vigente hasta bien entrado el siglo XX, como demuestra el ejemplo de Eugène Atget, como suministrador de ilustraciones para artistas como Utrillo.

Illustration
Edward Steichen. Self-Portrait, 1901. Courtesy of The J.

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