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Turismo fotográfico y fotografía social en España

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W. Eugene Smith. Church Entrance, Deleitosa, Extremadura, 1951. Spanish Village photo-essay. Courtesy of Magnum Photos.

Una de las múltiples formas de relación entre fotografía y turismo que más han estudiado los antropólogos del turismo es la que se establece entre el turista, su cámara y los referentes visuales de la industria. La cuestión de si en sus fotografías el viajero simplemente imita a estos últimos o bien vierte una visión subjetiva y creativa del destino visitado, divide a los investigadores. La tesis más extendida, en línea con el prejuicio general que considera al turista como una versión culturalmente degradada del viajero auténtico, es la de que el turista busca reproducir con su cámara las imágenes que ha visto en los catálogos. La tendencia actual, no obstante, se inclina a cuestionar el papel del imaginario visual –y del sentido de la vista en general– en la experiencia turística, reclamando una mayor autonomía psicológica para el sujeto que viaja.

Illustration
Carlos Pérez Siquier. Las Negras, 1996. Courtesy of the artist.

En el caso de España, resulta interesante aplicar la pregunta acerca de si el turista simplemente imita los modelos visuales de la industria a la época del boom del turismo, que precisamente suele relacionarse con una estrecha regulación de la imagen nacional por parte de las instituciones franquistas. Lo cierto es que al analizar los álbumes personales de viajeros que visitaron el país durante los años 50 y 60 parece evidente que el turista no solo dirigía el objetivo de su cámara hacia aquellos motivos promocionados por las instancias oficiales, como el folclore regional o los monumentos históricos, sino que otros aspectos relacionados con el día a día de la sociedad española también le llamaban la atención.

En la Bancroft Library de la Universidad de Berkeley se conserva la colección de diapositivas del especialista en historia del Oeste americano George P. Hammond, que desarrolló varias estancias de investigación en España a lo largo de los años 60. Pues bien, en su faceta de fotógrafo-turista, el Señor Hammond captó, además de vistas turísticas al uso, otro tipo de objetos aparentemente anodinos, como buzones de correos y cabinas telefónicas. Dichas fotografías de objetos cotidianos sugieren la existencia de un sustrato pop en la mirada del turista –mirada pop que, en instantáneas como la del vendedor sepultado por una multicolor masa de globos, se combina con buenas dosis de humor. Hammond fotografió, asimismo, elementos de la tradición popular como la primera comunión, que, al contrario que otras celebraciones religiosas como la Semana Santa, no se contaba entre las consideradas de interés turístico.

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