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Pensar la experiencia sorda desde el cine

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Paz Errázuriz. Ojos que no ven, 2019. Foto: cortesía de la artista

El cine es capaz de proponer nuevas maneras de pensar los cuerpos mediante elementos propiamente cinematográficos: esta es la premisa del presente artículo. Si bien en algunos sectores del movimiento de personas con discapacidad, el tema de la representación ha sido un motivo de lucha para lograr su reconocimiento y condiciones de igualdad, hace falta sacar partida de todos los elementos que el cine es capaz de proveer precisamente por tratarse de imágenes en movimiento.

En este sentido, me parece importante hablar de un filme mexicano contemporáneo que brinda variados elementos para repensar la lógica con la que pensamos los cuerpos y cuya propuesta es clara en relación a subvertir la noción de deficiencia, específicamente a partir de la experiencia sorda. Música Ocular (José Antonio Cordero, 2012) narra la historia de ocho personajes sordos que viven en la costa del estado de Oaxaca. En la película se ponen en tensión los elementos ficticios y documentales que lo conforman, ya que se utiliza el recurso del cine para expresar historias que los propios participantes piensan y sueñan. Como Alicia cuando entra en el agujero del conejo hacia el País de las Maravillas, parecería que Eric, el protagonista de esta obra, se zambullera en el mar en la primera secuencia para adentrarse en las diferentes historias, un País de las Maravillas que consiste en un mundo cinematográfico en constante creación por estos sordos, al que el espectador está invitado a descubrir.

El presente texto se divide en cuatro apartados, todos ellos titulados de acuerdo a algún diálogo del filme, siguiendo el espíritu fragmentario del mismo, que manifiesta que en la finitud de los signos anida el carácter infinito de los significados y del sentido. En “¿Piensas que la historia de la película es ficticia o verdadera?”, se describe la tensión entre los elementos ficticios y documentales, desvelando algunas estrategias que se ponen en marcha para incomodar cualquier clasificación. En “No te preocupes, eso es falso”, se aborda de qué modo el filme logra desvincular la idea de deficiencia de la sordera y del cine. En “Nunca he visto películas así”, se utilizan algunas ideas de Gilles Deleuze en relación al cine, para comprender cómo es que Música Ocular propone nuevas imágenes en relación a la sordera; y finalmente, en “Todos vamos a hacer la película, ¿verdad?” se describe la forma en la que las distintas identidades presentes en el filme (con base en género, sexualidad, condición socioeconómica, etc.)

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