Working Papers fue una exposición que juntó varios dibujos de Donald Judd y otros materiales1Dibujos comprados, horarios, órdenes de compra, cartas y otro material de archivo de los Bernstein Brothers, primeros fabricantes de Judd. Debido al detalle, algunos de estos dibujos caseros parecen más objetos reales que los dibujos que Judd hacía. similares que en su mayoría no se habían visto antes en público. Elementos muy conectados con sus obras tridimensionales y el modo en que se realizaron estas piezas o, más concretamente, con cómo deseaba que quedaran registradas, a pesar de su famosa determinación en contra de la representación. Estos bocetos o esquemas de trabajo son dibujos de estudio privados relacionados con las algo más de veinte esculturas2A Judd no le gustaba el término “escultura” para referirse a su obra, prefería el término “objeto”, más filosófico. No obstante, creo que hasta 1964 se puede denominar a los trabajos que él mismo hizo esculturas siguiendo su propio criterio del “artist made” y la composición. que Judd realizó entre 1962 y principios de 1964. También guiones performativos3Lo performativo tanto en el sentido austiniano de estoy de acuerdo o autorizo, como en el de la obra que se ejecuta o se vuelve a interpretar como en la música, el teatro, la danza o la arquitectura. Mahler murió en 1911, estoy escuchando a Mahler esta noche. similares a los de los objetos que le hacían los fabricantes después de 1964. Un tercer tipo de materiales, la mayor parte de los 70, son dibujos de sus piezas, “retratos” formales cargados de teoría, realizados no como parte del proceso de trabajo sino después –a veces mucho después– de que las obras en sí mismas se hubiesen hecho.
Las palabras que acompañan estos materiales se preguntan por qué los dibujos de Judd son como son, así como en mi apreciación de que los temas más importantes de su arte y filosofía recorrían sus dibujos –la fabricación, la delegación extrema, lo no-encontrado4Los objetos encontrados fueron la entrada de Judd en la escultura en 1961-2, pero tan importantes como los materiales encontrados fueron para él los colores, las medidas y los sistemas numéricos., el asimilado empirismo y, tanto en el sentido visual como político, la anti-representación– convirtiéndolos en un escaparate excepcional de su trabajo (y viceversa).
Gran parte de la intensidad de sus sentimientos respecto a estos temas radica en el fracaso en su lucha por combinar la falta de seriedad de la pintura más adelantada del Nueva York de los 50 con una sencilla filosofía basada en la evidencia visual más que en lo representado, a saber: lo abstracto5Empleo el término abstracto en este ensayo al modo filosófico en que Judd lo utilizaba: el sentido de Hume/Cassirer que incluye todas las formas de representación y de expresión simbólica.
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