Parecen alejarse las sombras de aquellas distopías ciberpunk, conformadas por espacios digitales basados en la simulación, por ámbitos donde cuerpos e identidades se disolvían en campos electrónicos siempre inestables, siempre transmutables. Lo que los desarrollos tecnológicos a lo largo de esta última década nos han traído es, sin duda, algo bien distinto. Éstos se han centrado en una “feliz” gestión de realidad. De ahí que la red se haya llenado de presencias de personas concretas, con nombres y apellidos, con detallados perfiles, que escriben en blogs, que comparten las cosas que les gustan en redes sociales, que tratan de interactuar con otros sujetos a través de gustos y afinidades comunes y que desean “hacer de sí mismos” en un espacio abierto a múltiples interacciones sociales y afectivas posibles.
Probablemente, ningún otro fenómeno como el del blog haya señalado mejor esta reclamación de la subjetividad y del papel de un “yo” agente en el ámbito de la red, en un claro retorno a lo que podríamos denominar como una nueva “egología”: el mundo como aquello que percibo yo, siento yo, creo yo.
Cómo han influido los blogs…
MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA
Periodista y bloguero
http://blogs.elpais.com/el-comidista/
http://ondakin.com/
Los blogs han establecido un estilo más personalizado a la hora de tratar la información. Es decir, más directo, subjetivo y opinativo sobre el asunto que se trata. Esto, unido al formato de “diario” que tienen los blogs, refuerza la cercanía al usuario: la relación que se establece entre lector y bloguero puede ser más fuerte que en un medio convencional, porque de alguna forma el primero se siente parte de la “vida cotidiana” del segundo. La pega: algunos blogueros entienden esa subjetividad como un “vale todo” y no cuidan demasiado la calidad de la información que dan.
Pero bueno, en cualquier caso, me parece que en líneas generales la influencia de la irrupción de los blogueros ha sido buena no sólo para los ciudadanos en general (más contenidos más democráticos) sino para los grandes medios, que se han visto obligados a acercarse a sus lectores con fórmulas similares.
No en vano, la concepción de la web como un inmenso conjunto de singularidades activas, como una multitud heterogénea de sujetos que se expresan y relacionan, ha servido para que los más optimistas vieran en esta su segunda fase la concreción de una cierta forma de resistencia anunciada por la consigna “otro mundo es posible” y que necesariamente implicaría “un éxodo que va hacia nosotros mismos”1Antonio Negri, «El arte y la cultura en la época del Imperio y en el tiempo de las multitudes», Ediciones simbióticas, 2005.…
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