El envés
Sin agua la rama
en continua plenitud
sumergida en aire
vive
acompaña en mesa
sin perder curvatura
envejece pero no reduce
los diecisiete centímetros
de un ciclo invariable
y aunque reaparece silencioso
el primer blanco nuclear
a las estaciones que atraviesa
no les corresponde color
el reconocimiento resulta
grisáceo como un ratón.
Adusta la antigua
compañera de bouquet
escucha sin cambiar posición
rutinaria, episódica, expuesta
a un protagonismo de escasa
vanidad induce una vista
de conjunto y multiplica
los motivos
no argumenta
permanece hasta llevar
hacia la luz cada elemento
alrededor como líneas
que caen en un mismo plano
–unas veces a la derecha
y otras a la izquierda–.
Precedida por nulo
movimiento cada variación
aclimata como un estruendo
cuyos sonidos ocupan
el aire de la habitación
los efectos se instalan
sin condicionar y al igual
que un regalo no termina
su función una vez recibido
breve y espeso el tallo
es todo pelo fijo a su especie
y hacia el final terciopelo
sin ofrecer sombra
en el extremo de la mesa
oscila, capta, fabula
para la rama
no hay periferia.
La adherencia
Dos líneas de distintas
exquisitas procedencias
ejecutan movimientos
para el aprendiz de Sr.
la mano sujeta un libro
siendo parte de la misma
causa el pulgar abre el eje
de simetría y gira la página
con el índice derecho
habilidades con las que se llega
a trasmitir la exactitud
de lo observado y alcanzar
distintas precisiones
como la línea que conduce
la fantasía antropomórfica
sobre una tabla igual
de activo que el vapor
sobre la arruga
el aprendiz de Sr. escucha:
abandonar la semejanza
observar el natural.
Ciclostil
El lugar una pequeña granja
con un ático Joseph Cornell
desde donde envía imágenes
a medida del destinatario
organizadas formas primero
esquirlas después y aún así
familia que no ambiciona
reunir cada una de sus astillas
lo que se envía puede resultar
insigne –un dicho breve para
la empuñadura de una espada–
o fuera del tiempo ordinario
extraordinario sin saber por qué
incompletos cartones
de lavandería tamaño carta
donde se indica a seguir
a doblar y a interrumpir
cada posible conversación
ningún trozo original
ningún calco copia.
Época
Llevo la luz de ochenta
inviernos sobre mi estructura
a pesar de ello alumbro
sobre mesa de interior
en vertical como libros
que han tomado posición
resisto sin indulgencias
y aunque resulte extraño
también obedezco
transformado el traslado
en trayecto indefinido
a fin de demorar la época
mantengo firmes los pasos
hacia lo pasado de moda
antes pieza antigua que
erradicado objeto de exposición
siendo posible –la misma ropa
que esa vez ahora todos los días–.
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